La nueva serie de Rodrigo Sorogoyen, Los años nuevos, explora las relaciones y el paso del tiempo con una estructura que abarca una década en diez episodios. Este enfoque conecta con otras producciones recientes que han hecho del tiempo su eje narrativo principal.
Rodrigo Sorogoyen regresa a Movistar Plus+ con Los años nuevos, una producción que debuta este 28 de noviembre y que, en diez episodios, aborda la evolución de una pareja a lo largo de diez años. El director, junto a Sara Cano y Paula Fabra, y compartiendo dirección con Sandra Romero Acevedo y David Martín de los Santos, sigue la relación de Ana (Iria del Río) y Óscar (Francesco Carril) desde su encuentro en una Nochevieja hasta una década después. Cada episodio captura un fin de año, convirtiendo el tiempo en un personaje más que permite explorar los cambios emocionales y personales de los protagonistas.
El uso del tiempo como estructura narrativa no es nuevo, pero sigue ofreciendo propuestas innovadoras. Ejemplos recientes incluyen Poquita fe, de Pepón Montero y Juan Maidagán, que en 12 episodios recorrió los meses de un año mostrando la rutina y pequeñas alegrías de una pareja atrapada en un entorno estático.
Otra producción destacada es La Ruta (Atresplayer, 2022), que narra la movida valenciana a través de ocho episodios, cada uno ambientado en un año diferente pero contado en orden inverso, desde 1993 hasta 1981. Este enfoque revela la decadencia de un movimiento cultural a medida que retrocede a sus orígenes, capturando la pérdida de la inocencia de una generación.
Netflix también ha experimentado con esta fórmula en El tiempo que te doy (2021), donde la estructura de los episodios refleja el duelo emocional de una ruptura. Desde un minuto de presente y diez de recuerdos en el primer capítulo, hasta el equilibrio inverso en el último, la serie descompone el tiempo para mostrar la evolución del dolor y la aceptación.
El uso del tiempo en series como Los años nuevos conecta con el legado de producciones que juegan con la percepción temporal, destacando cómo la narrativa audiovisual puede reflejar nuestra relación con el paso de los años.