El Tribunal Supremo ha reafirmado que la implementación de un sistema de ‘casa nido’ en casos de divorcio con custodia compartida no es adecuada si no existe un acuerdo explícito entre los progenitores. Este modelo, que implica que los hijos permanezcan en la vivienda familiar mientras los padres se alternan en ella, requiere un alto nivel de cooperación y planificación.
La Sala de lo Civil del Tribunal ha enfatizado que, salvo circunstancias excepcionales, este sistema no debe imponerse si uno de los padres se opone. La falta de consenso puede generar conflictos que repercutan negativamente en el bienestar de los hijos menores.
En un caso reciente, el Tribunal anuló una decisión de la Audiencia de Madrid que había establecido un sistema de casa nido sin que ninguno de los padres lo solicitara. El fallo atribuyó el uso exclusivo de la vivienda al padre, propietario de la misma, debido a que su exesposa tiene ingresos superiores que le permiten alquilar otra vivienda.
El Tribunal también confirmó la custodia compartida del hijo por semanas, tal como había decidido previamente la Audiencia. Inicialmente, un juzgado de Madrid había otorgado la custodia a la madre junto con el uso del domicilio familiar.
La Sala subrayó la importancia de considerar dos factores clave: el interés más necesitado de protección, que busca equilibrar el tiempo de los hijos con ambos padres, y la propiedad de la vivienda familiar. En este caso, la vivienda pertenece exclusivamente al padre, quien tiene ingresos limitados en comparación con la madre.
Además, el Tribunal destacó que ninguno de los progenitores había solicitado el sistema de casa nido y que no existía un acuerdo sobre la alternancia en el uso de la vivienda. Por lo tanto, se descartó este modelo y se otorgó al padre el uso de la vivienda familiar.
No obstante, el Tribunal indicó que la madre podría reclamar al padre los gastos por las mejoras realizadas en la vivienda durante el matrimonio.
Este fallo del Tribunal Supremo resalta la importancia del consenso en decisiones de custodia y uso de la vivienda familiar tras un divorcio, subrayando que la falta de acuerdo puede llevar a situaciones conflictivas que afectan a los hijos.