El pasado 27 de abril llegaba a Ceuta el primer crucero de la temporada con unos 1.500 turistas que se bajaban en el puerto deportivo y empezaban a caminar por las calles con extrañeza. ¿Estamos en España o en Marruecos? Nos preguntaba uno de los turistas, de origen norteamericano, que estaba convencido de que se había bajado en territorio marroquí.
Durante la mañana de aquel miércoles de abril se pudo ver por el centro de la ciudad a más turistas de los que nos hemos acostumbrado en los dos últimos años y eso se ha repetido esta semana con la llegada de dos nuevos cruceros a Ceuta con unos 1.800 pasajeros en total. Todos estos visitantes permanecieron en la ciudad poco más de diez horas y, como es habitual en este tipo de turismo, viajan con pensión completa. “Desde el punto de vista económico, este modelo de turismo es rentabilizado por las propias empresas que gestionan los viajes, revirtiendo bien poco en las ciudades que atraca”, destaca Patricia Carrasco, bióloga y activista ecologista, que se muestra crítica con los cruceros por su carácter contaminante.
La Consejería de Turismo ha recibido críticas desde algunos organismos como UGT porque, una vez estos visitantes se dan cuenta de que están en Ceuta, no se ha aprovechado este turismo, con cuestiones como “no dejar a los taxistas acceder al Muelle de España” o la falta de coordinación con otros sectores empresariales que puedan ofertarles sus productos.
Pero además, es que estos visitantes han llegado con un “Parque Marítimo del Mediterráneo (referente turístico de la Ciudad) cerrado, que no puede ser visitado en todo su esplendor por los cruceristas, lagos vacíos dando una imagen de dejadez total”, denunciaban desde UGT, criticando que luego se fuera a FITUR “a promocionar nuestra ciudad cuando la realidad es bien distinta”.
Desde el área de Turismo de la Ciudad Autónoma no han contestado a estas críticas de UGT, pero destacan su apuesta por el turismo de crucero con su presencia en congresos, jornadas y eventos especializados, señalando además la colaboración con la Autoridad Portuaria en la atención a los visitantes.
El impacto medioambiental de los cruceros
No son pocos los informes y organismos ecologistas que denuncian el negativo impacto medioambiental de los cruceros en el mundo, siendo España uno de los países más contaminados por cruceros de Europa. Según un estudio de la federación Transport & Environment, de la que forma parte Ecologistas en Acción, en 2019 nuestro país fue el más expuesto a la contaminación del aire por las emisiones de SOx de los cruceros.
Desde Ecologistas en Acción ha denunciado la contaminación que generan los cruceros, “especialmente en la población expuesta más directamente a las terminales de cruceros. Son barcos que utilizan combustibles con un alto contenido de azufre que emiten contaminantes altamente peligrosos para la salud humana”.
José Manuel Pérez Rivera, presidente fundador de la asociación Septem Nostra-Ecologistas en Acción de Ceuta, reconoce el impacto que tiene el turismo de crucero y nos remite a los datos publicados por la confederación ecologista a nivel nacional. No obstante, el ceutí apunta que “no recibimos el volumen de cruceros que sufren otros puertos como el de Málaga o Barcelona. El impacto en Ceuta es poco significativo y este tipo de cruceros pueden contribuir al desarrollo económico de la ciudad”.
Una cuestión con la que no está de acuerdo Carrasco, que aparte de señalar la poca rentabilidad de los cruceros para Ceuta, destaca que se trata de un tipo de turismo que no es sostenible porque “los cruceros son grandes consumidores de recursos naturales, así como grandes generadores de residuos que terminan contaminando allí donde van”.
“El modelo de turismo en el que se basan los cruceros giran en torno al consumo de bienes, pues están planteados para que los cruceristas pasen la mayor parte de su tiempo dentro del barco y ofrecerles todo tipo de consumos. Por otro lado, miles de personas concentradas en un barco generan grandes volúmenes de residuos, los cuáles se suman a los que ya de por sí generan este tipo de embarcaciones para su funcionamiento, lo que se traduce en agentes contaminantes que son vertidos a la atmósfera y al mar”, añade la bióloga ceutí.
Por eso, destaca que desde la Ciudad deberían apostar por otro tipo de turismo como el gastronómico, cultural, natural, deportivo y hasta científico. “En Ceuta hay un gran número de especies endémicas o que se han instalado recientemente como consecuencia de los efectos del cambio climático y que no se encuentran aún en la Península Ibérica”, explica Carrasco.
El principal problema del turismo: los precios
Por todos es conocido y reconocido que el principal problema de la falta de visitantes desde la península es el precio del transporte para no residentes. La Ciudad siempre destaca sus esfuerzos por ofrecer paquetes y subvenciones a las navieras para que reduzcan sus precios, pero en ocasiones sin éxito, como en la última ocasión cuando la Consejería de Turismo declaró desierta la licitación para que las navieras pudieran poner precios de 16 euros ida y vuelta durante Navidad.
Patricia Carrasco lleva muchos años viviendo fuera de la ciudad y aunque ella se define como “una caballa enamorada de Ceuta”, lamenta que “todavía le falta mucho para posicionarse como destino turístico. Y no es que le falten recursos turísticos, porque los tiene y muy diversos. Pienso que el obstáculo principal es el alto precio del ferry y la falta de paquetes de viaje a precios económicos”.
“Existe una gran oferta turística a golpe de clic con destinos muy atractivos y a precios muy competitivos, por lo que nuestra Ciudad debería centrarse aún más en potenciar todas sus singularidades y ofrecerlas a cualquier bolsillo para que todo viajero/a tenga más cerca la oportunidad de dejarse enamorar de nuestra Perla del Mediterráneo”.