Hace tres años, Abdou dejó atrás su hogar en Senegal con la esperanza de encontrar una vida mejor en España. Sin embargo, su primer intento fue frustrado cuando fue interceptado y devuelto a Marruecos. A pesar de las adversidades, Abdou no se rindió y recientemente volvió a intentarlo, esta vez en una patera que lo llevó a Lanzarote, en las Islas Canarias.
Junto a él, otras 58 personas compartieron el peligroso viaje de tres días y dos noches. Durante este tiempo, Abdou solo pudo alimentarse de dátiles, mientras el fuerte oleaje los mantenía despiertos y en constante alerta. La travesía fue tan peligrosa que uno de los pasajeros, vencido por el sueño, cayó al mar y desapareció.
En 2021, Abdou se hizo conocido por una imagen viral donde abrazaba a una cooperante de Cruz Roja, Luna, en Ceuta. Esta imagen se convirtió en un símbolo de la crisis migratoria que afecta a miles de personas cada año. ‘Mucha gente se emocionó con esas imágenes, pero después de mi devolución en caliente, nadie pudo hacer nada por mí’, relata Abdou.
Las llegadas de migrantes a Canarias han aumentado un 303% en 2024, reflejando la creciente desesperación de quienes buscan una vida mejor. Abdou describe el mar como un cementerio, un lugar donde muchos han perdido la vida en busca de esperanza.
Durante su tiempo en Marruecos, Abdou vivió en condiciones precarias y fue testigo de abusos y violencia. ‘La policía me ha pegado, nos han tratado como animales. Y, a muchas chicas, además, las violan’, denuncia con dolor.
Finalmente, tras dos noches a la intemperie, Abdou y sus compañeros fueron rescatados por Salvamento Marítimo y llevados a puerto, cumpliendo así su sueño de llegar a España. Sin embargo, su lucha está lejos de terminar. Abdou ha sido padre recientemente, pero su esposa e hijo de cuatro meses permanecen en Casablanca, esperando el día en que puedan reunirse.
La ruta mediterránea es una de las más transitadas por migrantes que huyen de condiciones extremas en sus países de origen. Desde 2014, más de 30,625 personas han muerto o desaparecido en esta ruta, según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM). En lo que va de 2024, más de 1,700 personas han perecido o desaparecido en estas travesías.
La historia de Abdou es solo una de las muchas que ilustran la desesperación y el coraje de quienes buscan una vida digna, enfrentándose a peligros inimaginables en el proceso. El Mediterráneo, aunque lleno de promesas, sigue siendo una trampa mortal para muchos.