Los esfuerzos para impedir que un presidente condenado lidere la Federación se trasladan a los meses de febrero y marzo.
A solo días de las elecciones presidenciales en la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), la batalla política y judicial sigue intensificándose. Aunque los comicios se celebrarán este lunes 16 de diciembre, el proceso parece estar lejos de un desenlace definitivo. El escenario actual apunta a Rafael Louzán, presidente de la Federación Gallega de Fútbol, como el claro favorito para liderar la RFEF. Sin embargo, su trayectoria judicial ha encendido las alarmas en el Gobierno, que ya prepara estrategias para actuar en caso de su victoria.
Un panorama enrarecido
Los últimos 15 meses en la RFEF han estado marcados por el caos: un presidente suspendido, otro inhabilitado, múltiples escándalos judiciales y dos operaciones policiales en la sede de Las Rozas. A pesar de este panorama, las elecciones siguen adelante con Louzán como principal candidato frente a Salvador Gomar, presidente de la Federación Valenciana, y Sergio Merchán, de Extremadura, quien parece alineado con el primero.
Aunque Louzán logró triplicar los avales obtenidos por Gomar, el margen de votos podría ser más ajustado de lo previsto. Durante este fin de semana, se esperan días de intensas negociaciones, donde las alianzas, traiciones y maniobras serán cruciales para determinar el resultado.
El Gobierno, a la expectativa
Para el Gobierno, una eventual presidencia de Louzán, condenado por prevaricación y pendiente de un recurso ante el Tribunal Supremo, supone un desafío político y ético. Aunque jurídicamente no han podido evitar su candidatura ni podrían impedir su elección, ya se preparan para actuar una vez que Louzán asuma el cargo.
El antecedente de Pedro Rocha, presidente brevemente inhabilitado tras su elección, marca la hoja de ruta que el Consejo Superior de Deportes (CSD) podría seguir: recurrir al Tribunal Administrativo del Deporte (TAD) para forzar su salida si el Tribunal Supremo confirma la condena de inhabilitación.
Un horizonte clave: febrero y marzo
El próximo 5 de febrero será una fecha decisiva, cuando el Tribunal Supremo revisará la condena de Louzán. Aunque es poco probable que se revierta el fallo previo de la Audiencia de Pontevedra, una absolución despejaría el camino para Louzán, eliminando cualquier sombra judicial sobre su gestión.
Sin embargo, si la condena se mantiene, el Gobierno podría activar la vía administrativa para apartarlo. De ser así, la presidencia de Louzán podría tener los días contados, como ocurrió con su predecesor.
¿Una solución definitiva?
La RFEF sigue atrapada en una crisis institucional que parece lejos de resolverse. El posible nombramiento de un presidente condenado y las luchas políticas que esto conlleva son un reflejo de la complejidad del fútbol español. Mientras tanto, la atención se centra en lo que ocurra en los próximos meses, donde tanto las decisiones judiciales como las políticas determinarán el futuro de una federación marcada por la polémica.
Rafael Louzán
A solo días de las elecciones presidenciales en la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), la batalla política y judicial sigue intensificándose. Aunque los comicios se celebrarán este lunes 16 de diciembre, el proceso parece estar lejos de un desenlace definitivo. El escenario actual apunta a Rafael Louzán, presidente de la Federación Gallega de Fútbol, como el claro favorito para liderar la RFEF. Sin embargo, su trayectoria judicial ha encendido las alarmas en el Gobierno, que ya prepara estrategias para actuar en caso de su victoria.
Un panorama enrarecido
Los últimos 15 meses en la RFEF han estado marcados por el caos: un presidente suspendido, otro inhabilitado, múltiples escándalos judiciales y dos operaciones policiales en la sede de Las Rozas. A pesar de este panorama, las elecciones siguen adelante con Louzán como principal candidato frente a Salvador Gomar, presidente de la Federación Valenciana, y Sergio Merchán, de Extremadura, quien parece alineado con el primero.
Salvador Gomar
Aunque Louzán logró triplicar los avales obtenidos por Gomar, el margen de votos podría ser más ajustado de lo previsto. Durante este fin de semana, se esperan días de intensas negociaciones, donde las alianzas, traiciones y maniobras serán cruciales para determinar el resultado.
El Gobierno, a la expectativa
Para el Gobierno, una eventual presidencia de Louzán, condenado por prevaricación y pendiente de un recurso ante el Tribunal Supremo, supone un desafío político y ético. Aunque jurídicamente no han podido evitar su candidatura ni podrían impedir su elección, ya se preparan para actuar una vez que Louzán asuma el cargo.
El antecedente de Pedro Rocha, presidente brevemente inhabilitado tras su elección, marca la hoja de ruta que el Consejo Superior de Deportes (CSD) podría seguir: recurrir al Tribunal Administrativo del Deporte (TAD) para forzar su salida si el Tribunal Supremo confirma la condena de inhabilitación.
Un horizonte clave: febrero y marzo
El próximo 5 de febrero será una fecha decisiva, cuando el Tribunal Supremo revisará la condena de Louzán. Aunque es poco probable que se revierta el fallo previo de la Audiencia de Pontevedra, una absolución despejaría el camino para Louzán, eliminando cualquier sombra judicial sobre su gestión.
Sin embargo, si la condena se mantiene, el Gobierno podría activar la vía administrativa para apartarlo. De ser así, la presidencia de Louzán podría tener los días contados, como ocurrió con su predecesor.
¿Una solución definitiva?
La RFEF sigue atrapada en una crisis institucional que parece lejos de resolverse. El posible nombramiento de un presidente condenado y las luchas políticas que esto conlleva son un reflejo de la complejidad del fútbol español. Mientras tanto, la atención se centra en lo que ocurra en los próximos meses, donde tanto las decisiones judiciales como las políticas determinarán el futuro de una federación marcada por la polémica.
Sergio Menchán