Según la ONU en España, y en toda la UE, existe infrarrepresentación de personas racializadas y, especialmente, de aquellas que son de origen africano.
En Ceuta, solo el 24% de los diputados/as de la Asamblea son de ascendencia norteafricana pese a que este grupo de población supone alrededor de un 50% de la población total.
Tras el inminente nombramiento de Rita Bosaho como directora de Igualdad de Trato y Diversidad Étnico Racial en el Ministerio de Igualdad, la sección «Desalambre» de Eldiario.es ha desempolvado la visita a España que realizó un grupo de expertos de la ONU en la que se concluyó que «la falta de representación de los afrodescendientes era endémica en los niveles estatal, regional y municipal, así como en las tres ramas del poder». Esta infrarepresentación contrasta con las más de dos millones de personas afrodescendientes que viven en España, según señaló el mismo grupo de expertos.
Las autoridades españolas apuntaron como causas probables de esta infrarepresentación la carencia de nacionalidad española entre las personas racializadas, requisito indispensable para formar parte de la administración pública, y las «características demográficas de la reciente migración africana«.
Por su parte, el grupo de la ONU no compartió los argumentos del Estado español y apuntó en otra dirección. «Teniendo en cuenta el considerable número de personas de ascendencia norteafricana que hay en España y la intensificación del flujo migratorio que se ha venido produciendo desde los años 90, la infrarrepresentación quizá se deba a prejuicios raciales y perpetúe los estereotipos de los afrodescendientes como migrantes y no como valiosos miembros contribuyentes de la sociedad española» aventuró el grupo de trabajo de las Naciones Unidas.
La UE contra la infrarrepresentación de las personas afrodescendientes
Tras los estudios de la ONU, la Unión Europea (UE) redactó un documento para defender y garantizar los derechos de la población de ascendencia africana y también para señalar que la población afrodescendiente sufre de una subrepresentación «en la política y las instituciones legislativas, a nivel europeo, nacional y local en la Unión Europea«.
De hecho, en ese mismo documento la UE insta a todos sus estados a combatir este racismo estructural e institucional y a promover la presencia de personas afrodescendientes «en áreas como educación, vivienda, salud, empleo, policía, servicios sociales, el sistema de justicia, así como la representación política«.
¿Y en Ceuta? ¿Hay una representatividad equitativa?
Si un grupo de trabajo de la ONU concluyó que en un país como España, con más de 46 millones de habitantes, la población afrodescendiente (algo más de dos millones de personas, entre un 4% y un 5% de la población total) está subrepresentada, ¿qué se puede decir de Ceuta?
Si nos centramos en el plano político, en la Asamblea de Ceuta entre todos los partidos suman siete diputados de ascendencia no cuacásica: Yamal Driss, Dunia Mohamed y Kissy Chandiramani, todos del PP; Sumaya Ahmed, del PSOE; Fatima Ahmed y Yussef Mebroud, del MDyC; y Mohamed Ali de Caballas. Es decir, el 28% de la Asamblea está compuesta por diputados/as «racializados».
Dos grupos mayoritarios de población desigualmente representados
Pese a que Ceuta se hace llamar a sí misma «La Ciudad de las Cuatro Culturas«, lo cierto es que la población se encuentra repartida en dos grupos mayoritarios, compuestos prácticamente por el mismo número de personas, si atendemos a sus orígenes. Por un lado está el grupo de ascendencia caucásica y por otro el de ascendencia norteafricana. El primero está representado por 18 diputados/as (un 72%) y el segundo solo por 6 diputados/as (un 24%), por lo que se puede concluir que en la Asamblea de Ceuta también hay una infrarrepresentación de las personas de ascendencia norteafricana.