Según el informe ‘Víctimas de la Necrofrontera’ de Ca-minando Fronteras, también han desaparecido 241 embarcaciones en las diferentes rutas
La organización Ca-minando Fronteras ha presentado su informe ‘Víctimas de la Necrofrontera 2018-2022’ que analiza las diferentes rutas migratorias de la Frontera Occidental Euroafricana, frontera marítima y terrestre situada entre el Estado español y la franja costera del sur de Senegal hasta Argelia. Este documento recopila datos sobre personas muertas y desaparecidas en los cruces fronterizos durante los últimos cinco años. Se muestran datos tan alarmantes como la muerte de 6 personas por día durante este periodo y la desaparición de 241 embarcaciones en la Frontera Occidental Euroafricana.
Entre las 11.286 personas fallecidas, se han identificado 1.272 mujeres y 377 niños y niñas. La organización señala la importancia de segmentar los datos en función del género, ya que se conoce la aplicación de violencias específicas contras las mujeres y las niñas, como las violencias sexuales. Esta misma es aprovechada en los sistemas de control migratorio como forma de castigo a la migración de las mujeres, según indica el informe. El documento también recoge experiencias racistas contras las mujeres y, en los tránsitos por países del Norte de África, toca de forma más específica a las mujeres negras.
Durante estos años se ha producido un cambio de contexto en las rutas utilizadas para llegar a territorio español, obligándoles a elegir rutas mucho más peligrosas y arriesgadas como la ruta canaria y la ruta argelina, según señala la organización. La consecuencia más inmediata es el aumento en el número de muertes y desapariciones. La ruta canaria ha sido la más mortífera, contabilizando un total de 7.692 víctimas. Le sigue la ruta argelina, con 1.526 víctimas, la ruta de Alborán con 1.493 víctimas y la ruta del Estrecho con 528 víctimas.
Ca-minando Fronteras demanda a las autoridades proteger y defender la vida de las personas migrantes en la frontera, así como un trato digno a los desaparecidos y a sus familiares. “Estas cifras demuestran el impacto negativo de las decisiones políticas a la hora de proteger el derecho a la vida en las fronteras y abre un debate sobre cuál debería ser el camino a seguir para revertir estos datos de muerte y desaparición. Tenemos claro que ese camino debe ser el de los derechos humanos y poniendo a las personas en el centro de toda la toma de decisiones”, señala Helena Maleno, coordinadora de la investigación para el informe. Otro dato revelador del documento se basa en las órdenes a los servicios de rescate. En agosto del 2018, se creó un mando único para el control migratorio situado en Málaga, donde se limitó las acciones de salvamento al sur del paralelo 35O50’.3. Un mandato escandaloso que denuncia la organización.
Además, ha señalado el interés que se encuentra detrás de la movilización de equipos de salvamento o de rescate y este, en muchas ocasiones, se ve condicionado únicamente por el control migratorio de las fronteras. También han destacado los esfuerzos de las familias que buscan a los desaparecidos, ya que son ellas las que, en muchos casos, facilitan los datos para que sean contabilizados. Desde el año 2007, el Colectivo Ca-minando Fronteras cuenta con una línea telefónica de alertas, donde reciben informaciones de las personas que se encuentran en peligro en las fronteras.
La organización denuncia la inacción y la falta de voluntad política para elaborar un protocolo de identificación y contabilización de las víctimas e insta al Estado español a tomar medidas frente a las víctimas que sufren estas situaciones en sus fronteras. Helena Maleno añade: “Creemos que este informe es esencial para avanzar en el respeto a los derechos humanos y queremos que la memoria de las personas fallecidas y desaparecidas siga presente y que sirva para llegar a la verdad, reparación, justicia y no repetición”.