Manifiesto del Círculo de Silencio del mes de mayo
«En silencio… en silencio hablamos, en silencio gritamos, en silencio denunciamos.
Hoy, segundo miércoles del mes de mayo, utilizamos el silencio como una forma de diálogo para apelar a las conciencias. En silencio, un lenguaje común que denuncia la vulneración de los Derechos Humanos, que pretende mostrarnos la verdadera injusticia que muchas personas migrantes sufren en el mundo.
Una vez más, el Parlamento Europeo se reúne para seguir blindando las fronteras de Europa. El pasado mes de abril se aprobó una nueva medida que tiene como fin reforzar y ampliar sus fronteras con hasta 10.000 guardias otorgándoles la capacidad para intervenir en terceros países.
Desde esta Frontera Sur, sentimos y vemos cómo las personas migrantes llegan a las costas españolas, después de una larga travesía, donde viven los peores momentos de su vida, dejando atrás su hogar y su familia… huyen de una realidad de expolio, de guerra o persecuciones. Esta desesperación es la que les empuja al Mar Mediterráneo abrazados a la esperanza de encontrar un futuro mejor. Sin embargo, en la otra orilla, la falta de infraestructuras para atender el fenómeno migratorio ha llegado a provocar que estas personas hayan tenido que dormir incluso tiradas en el suelo. La respuesta de España, el pasado mes de noviembre, fue la de anunciar la creación de un nuevo Centro de Atención Temporal de Extranjeros (CATE), en el Puerto de Málaga. Estos centros, ya construidos anteriormente en Algeciras o Motril no reúnen las condiciones humanitarias y hacen que la situación se vuelva, cada vez, más injusta.
En Ceuta, seguimos levantando muros, el próximo está previsto en el Puerto Marítimo de nuestra ciudad con un coste de 2,7 millones de euros. Estos elementos de control no acaban con los sueños de las personas que quieren migrar sino que los hacen mucho más dolorosos.
Por otro lado, la misma semana en la que los candidatos al Gobierno se enfrentaban a los últimos días de campaña electoral, una delegación marroquí se encontraba en Madrid para activar un nuevo proceso de deportación “voluntaria” de menores migrantes no acompañados. Algo que ya se había realizado desde París y cuyos resultados dejaron a su paso denuncias de irregularidades y vulneraciones de los derechos de la infancia.
De nuevo, un mes más aprovechamos este círculo de solidaridad para no olvidar a las personas que mueren buscando un futuro digno. El pasado 27 de abril, al menos 16 inmigrantes subsaharianos murieron en Marruecos y otros 17 resultaron heridos después de que su vehículo sufriera un accidente. No es un accidente cualquiera, es un accidente evitable fruto de aquellas personas que se dedican a vender sueños y juegan con la vida de migrantes como si ésta no tuviera el mismo valor.
A pesar de toda esta realidad de sufrimiento, seguimos denunciando y luchando porque siempre haya un grito de esperanza. Un grito que se convirtió en abrazo el pasado domingo 5 de mayo en muchas ciudades del territorio nacional e internacional con el con el objetivo de dar un vuelco a las políticas de fronteras y de migración en Europa. Un abrazo entre los pueblos que no están dispuestos a la manipulación y falsedad de un discurso que culpa a la migración de la crisis social y económica de Europa mientras oculta la responsabilidad de las élites europeas. Un grito en positivo que nos recuerda que todas hemos sido, somos y seremos migrantes.
Hoy, desde la Frontera Sur de Europa, hacemos un llamamiento a la ciudadanía para que no seamos cómplices de esta realidad que siembra miseria, desesperación y muerte, sino que creemos una Europa de acogida que derribe muros y construya puentes.»
Galería de Antonio Sempere