El médico intensivista de la UCI del Hospital Universitario de Ceuta, el profesor del I.E.S. Abyla, y la trabajadora del SEPE, han sido reconocidos hoy por la Delegación del Gobierno como trabajadores esenciales durante la pandemia
El médico intensivista del Hospital Universitario de Ceuta, Enrique Laza, el profesor del I.E.S. Abyla, José Grosso, y la trabajadora del SEPE, María Luisa Román, han sido condecorados con la medalla del Orden del Mérito Civil en la categoría de trabajadores esenciales durante la pandemia. El acto ha estado presidido por la delegada del Gobierno, Salvadora Mateos, quien ha hecho entrega de la medalla, junto al director territorial del INGESA, Jesús Lopera, el secretario general de la Delegación del Gobierno, Ismael Kasrou, y el director general del SEPE, Pepe Simón, quienes han entregado un diploma a los galardonados.
La Delegación del Gobierno ha querido reconocer el trabajo «generoso y eficaz de estas tres personas, que representan a colectivos muy importantes, sin cuya implicación hubiera sido casi imposible afrontar el difícil reto de la crisis sanitaria y social provocado la irrupción de la COVID-19«. «Si por algo han destacado estas tres personas es por su capacidad de entrega a los demás, su empatía y talante, su generosidad en los tiempos que corren es un valor diferencial en la vida y en el ámbito laboral», ha destacado Mateos.
Enrique Laza, médico intensivista de la UCI, ha sido reconocido por su atención y entrega a los pacientes más allá de los cuidados sanitarios. Laza ha recogido este galardón como «un estímulo para intentar seguir haciendo las cosas lo mejor posible», que, asegura, es lo que siempre le han inculcado sus padres. Y a su padre, fallecido recientemente, ha querido dedicar esta condecoración. El médico intensivista ha destacado la importancia del trabajo en equipo en la UCI, así como el papel de los y las enfermeras.
José Grosso, docente del I.E.S. Abyla, distribuía material escolar a domicilio en su moto a los alumnos que carecían de acceso digital en sus viviendas. Grosso ha recogido este reconocimiento en clave de humor, pero también de humildad, poniendo el acento del trabajo del I.E.S. Abyla y encabezándolo en su director. «Trabajar en un centro como el Abyla, en el que la excelencia y la calidad de los compañeros es de tal nivel, que uno, o se espabila o se queda en evidencia», ha reconocido Grosso, que agradece que cualquier propuesta a la dirección del centro es atendida, escuchada amablemente y superada.
María Luisa Román, trabajadora del SEPE y una mujer incansable en la gestión de los ERTE. Román ha recordado su vocación por la educación, algo que no ha podido desarrollar como docente íntegramente, pero sí desde su puesto en el SEPE, formando a personas para su inserción laboral. «El área de formación es la más bonita que tiene este organismo, porque tiene menos sinsabores», ha celebrado Román.