En Ceuta se habla mucho de los menores migrantes pero casi nunca se les da voz. Se habla y se opina de ellos pero no se les escucha. Ni en Ceuta, ni en las demás ciudades que están «acogiendo» estos jóvenes migrantes. En medio de este panorama de conflictos discursivos sobre los menores, nace la asociación Ex-Menas. Han empezado con fuerza y determinación en Barcelona y es probable que su iniciativa se extienda a otros rincones del Estado. Menores extranjeros tutelados por la administración se han unido para denunciar el estigma y las agresiones que constantemente recibe el colectivo. No huyen del concepto MENA. Lo han sido y quieren darle la vuelta a la connotación negativa que está impregnando un término que, al final, solo define menores sin amparo familiar.
Hablamos con un miembro del colectivo, un adulto que forma parte del equipo que ha decidido acompañar a los y las jóvenes en esta iniciativa. Esta semana han estado muy activos, participando en la concentración en contra la agresión fascista en Castelldefels a un centro de menores y organizando una manifestación en la plaza Sant Jaume de Barcelona para denunciar las agresiones que se están produciendo contra MENA.
¿Por qué se crea la asociación?
El colectivo lo crean chicos y chicas que sienten que se tienen que organizar para destruir el relato discriminatorio, xenófobo y racista que hay hacia los menores. Quieren romper estigmas, los relatos negativos que dan miedo. Al mismo tiempo, denuncian la situación de cientos de chavales que se van a la calle a los 18. Además de sufrir el estigma, padecen un castigo material que les deja sin apoyo y sin papeles.
¿Qué ofrece el Estado en este momento? ¿Qué hay más allá del piso tutelado?
Es un poco misterio. Los criterios siguen clasificaciones de puntuaciones del chaval, en teoría. Realmente no hay la infraestructura para darles piso a todos, así que la administración dice que no se han portado bien o que no han asistido a los cursos. Esto es una de las manera para dejar al menor fuera del sistema de pisos cuando hacen 18 años.
¿Estáis de acuerdo con la terminología MENA? ¿Cuáles son los primeros problemas que os encontráis como colectivo?
Entendemos que MENA ha sido la mejor manera de deshumanizar a los niños y adolescentes. Pero por otro lado, esta etiqueta que les pusieron, la queremos reivindicar para contraponer esta imagen negativa. Llenar de contenido bonito este término, porque la gente seguirá discriminando independientemente del nombre.
¿Cree que casos como el de Castelledefels son aislados?
No. Los menores son el eslabón más débil de toda la cadena del racismo. Es uno de los sectores sociales en que durante décadas se ha hecho trabajo, abono para deshumanizar y poder justificar cualquier violencia, castigo o sanción. Otra forma de racismo es aislarlos como si no fueran parte de esta sociedad. La gente responde a este imaginario, y hay impunidad: nadie va a ir a la cárcel, no va a haber ningún castigo, ninguna condena.
¿Sabéis cual es la situación de los menores extranjeros en Ceuta y en Melilla?
Nos llega información porque llegan chicos de allí. Sabemos perfectamente que están en peores condiciones que aquí. Allí hay un aumento de la violencia institucional y física.
Los Gobiernos de Ceuta y de Melilla han aprobado pedir la modificación de la Ley de Protección del Menor. ¿Qué recorrido pensáis que puede tener esta proposición?
Es un malabarismo administrativo. Si los ponen en la categoría de migrantes, se intenta no asumir la responsabilidad que como administración tienes por el hecho de tratar con un menor. De esta manera, se facilitaría mucho la labor de la policía, e incluso la expulsión.
¿Creéis que los y las jóvenes marroquíes están en una situación peor que personas de otras nacionalidades?
Hay desprecio y racismo para cualquier joven migrante. En el trato cotidiano, por supuesto, hay diferencias. El estigma, rencor, hasta odio, es mayor sobre el marroquí que sobre el de piel negra. No es algo tan evidente aunque sabemos que existe en el trato, en la hora de tomar propuestas, iniciativas, etc. Es la lógica del modelo educativo: que si el marroquí no quiere integrase en la escuela, que si los subsaharianos son más dóciles… al final esta categorización se lleva al ámbito legal y policial.
Al pensar en MENAS se suele pensar en chicos. ¿Dónde están las chicas? ¿Cuál es su situación?
Están invisibilizadas, parece que no existen. Tenemos una denuncia de unas chicas que con 18 años las mandaron a la calle. Relatan que la situación de violencia y de preocupación es mucho mayor que la de los chicos. Y si la chica usa velo, se amplia la violencia. Se habla poco, casi no hay investigación. Y hay chicas, aunque no sé en qué proporción.
Dentro de la asociación Ex-Menas, son ellas las que realmente están dando la cara. En Castelldefels han sido fundamentales. Fueron sometidas a mucha presión, porque había gente que fue reventar el evento, pero dieron la cara igualmente.