Enrique Laza nos espera a las puertas del Hospital Universitario. Hemos quedado con él a las 11:00 horas de la mañana de un jueves, está de guardia y ha conseguido dedicarnos unos minutos. Mientras nos presentamos en el Hall del Hospital Universitario otros médicos, personal del hospital e incluso familiares de pacientes le saludan con miradas cómplices, respeto y una sonrisa. Estamos con el Jefe de la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital Universitario de Ceuta desde 2017, y que empezó su carrera de medicina en 1994 como médico militar, alcanzando el empleo de Capitán y estando destinado en el Tercio Duque de Alba 2º de la Legión, cuenta además con experiencia en Misiones Internacionales, obteniendo la Cruz del Mérito Militar con Distintivo Blanco de 1ª Clase.
Confiesa que decidió hacerse médico intensivista, porque era la especialidad que le gustaba, estando de misiones internacionales se dio cuenta de que le faltaba «ese poquito de formación que te da el manejo del enfermo», cuando volvió empezó a hacer Urgencias en el antiguo Hospital de la Cruz Roja y allí, «a través de mi amigo José Querol, que es un tío muy estudioso y trabajador, me pegó ese afán por estar siempre al día, además otro amigo que también es militar y que todavía está en activo, un traumatólogo de Cádiz, siempre me lo decían «¿Enrique por qué no te presentas al MIR y haces la especialidad?» y como a mi siempre me ha gustado la parte del enfermo crítico, así lo hice, me presenté y me fui a Sevilla a hacer la especialidad».
Su mirada nos muestra el cansancio físico de quien lleva al frente de la UCI de Ceuta todo el año de la pandemia, organizando a un equipo que cuenta con tan solo cuatro médicos intensivistas más y un facultativo de apoyo en jornada ordinaria, 32 enfermeras y 22 auxiliares de enfermería, además de los dos celadores de mañana y tarde y el personal de limpieza. Faltan facultativos para dar un respiro al equipo actual, pero este déficit se compensa con el compromiso y la profesionalidad que tienen los y las sanitarias de este área que se enfrenta a la peor parte de la enfermedad de la Covid-19. Pese al cansancio, su voz transmite la confianza de quien sabe que cuenta con el mejor equipo de personas.
Con motivo del aniversario del decreto del estado de alarma, hablamos con el doctor Enrique Laza sobre estos doce meses en un momento en el que Ceuta atraviesa la tercera ola y suma 476 casos activos, de los cuales hay nueve pacientes en la UCI, once en planta y una persona en urgencias, según los últimos datos ofrecidos por las autoridades sanitarias.
¿Había vivido algo tan dramático como esta crisis sanitaria alguna vez?
No… Ni tan dramático, ni tan prolongado en el tiempo, ni tan intenso ni si quiera con tantísimos casos seguidos. La verdad que no, porque los recursos que tenemos se ven comprometidos, la cantidad de enfermos también nos condiciona mucho el trabajo y la verdad es que nos estamos desbordando un poquito… a todo nos acostumbramos al final porque somos animales de costumbres, y te vas haciendo a una mecánica de trabajo, a vivir con esta sobre carga y con este exceso de enfermos, pero no habíamos vivido nada igual, tan sostenido en el tiempo.
En Ceuta, estuvimos al borde del colapso en la UCI covid en octubre-noviembre y ahora se plantean activar un paso más del Plan de Contingencia ¿Qué está pasando?
No sabría decirte una causa única… es verdad que en la primera ola hubo menos casos, pero también porque las medidas se tomaron muy pronto y no había casos dentro de la ciudad y la transmisión estaba más controlada y luego fue una restricción a todos los niveles mucho más intensa que hemos vivido todos.
Pero ya luego las cosas cambian, el verano, la movilidad, que además se alentó porque claro, somos un país que dependemos mucho del sector turístico y esa movilidad, uno de los pilares básicos para contener la pandemia, llevó a lo que tuvimos luego en septiembre, octubre y noviembre…
Son porcentajes… el porcentaje más o menos establecido como media es número de enfermos que van a necesitar hospitalización y ese número de enfermos hay un porcentaje que va a estar más grave, si aumenta del número de casos, pues por porcentaje el número de enfermos graves va a ser mayor.
En los últimos meses hemos visto que el perfil del paciente ha cambiado, nos encontramos con pacientes más jóvenes y ha aumentado el ingreso de enfermos post-COVID en cuidados intensivos, ¿cuál es el perfil del paciente COVID que ingresa en la UCI?
La verdad es que es curioso, y es cierto lo que dices, estamos teniendo pacientes más jóvenes y graves, algo que no veíamos en la primera ola y tuvimos menos casos en la segunda, pero que se está viendo cada vez más.
Está bajando el rango de edad, también es verdad que condiciona mucho la gravedad la propia enfermedad, porque estamos viendo que tenemos enfermos sin antecedentes y son personas jóvenes, pero si hay un perfil que casi se mantiene en todos los casos: el enfermo diabético o hipertenso y con algo de sobre peso, generalmente más el varón que la mujer.
Pero el perfil es ese: diabético, hipertenso y sobrepeso, normalmente entre 50 y 60 años.
¿Por qué crees que ha cambiado este perfil? ¿Por qué ahora son más jóvenes?
Debe tener algo que ver la inmunización progresiva, el haber pasado la enfermedad y haber creado cierta defensa inmunológica hacia ella, algo protege. Y luego, claro, la población que se ha empezado a vacunar son las personas mayores, esas personas, quizá entre que han tenido más contacto desde el principio han creado su defensa natural y además se les ha vacunado antes que al resto, pues quizá los esta protegiendo como de hecho se está viendo que la transmisión entre las personas vacunadas no se da tanto. Dos personas vacunadas tienen menos probabilidad de contagiarse que si entran en contacto personas que no han recibido la vacuna.
Claro, además hay una inmunización personal, no sólo con la vacuna…
La inmunización del que esta en contacto, del que sufre la enfermedad, en la primera parte de la pandemia lo ha sufrido más la población mas anciana algo le debe quedar de defensa contra ello.
¿Cómo han sido las tres olas que se han vivido en Ceuta? ¿En qué se han diferenciado?
La primera ola fue muy atípica porque tuvimos relativamente muy pocos casos, incluso en la UCI, pero la segunda y la tercera han sido parecidas, aunque la tercera está siendo más prolongada, está siendo una curva más ancha.
La segunda tuvo un pico muy alto, un pico al que en incidencia acumulada no hemos llegado en esta tercera, pero fue un poquito más recortada en el tiempo, y además partíamos de una situación buena -entre comillas-, porque no había tantos casos.
La tercera está siendo peor, probablemente por eso, porque cuando se da y se desata no partimos de una situación buena como en verano.
Y ¿la presión hospitalaria?
La presión hospitalaria que hemos sufrido en este tiempo pues es alta. De todas formas el hospital no se ha visto colapsado en ningún momento, eso es cierto, ha habido sobrecarga, pero no ha habido que interrumpir por completo la actividad quirúrgica programada, a lo mejor se ha visto reducida, pero prácticamente se ha podido mantener.
¿Se podrían haber evitado de alguna manera estas tres olas? ¿Era necesario, por ejemplo, celebrar la Navidad?
Hombre… eso es como el capitán a posteriori, pues si los pilares para evitar la transmisión son evitar la movilidad y evitar la interacción social, lógicamente, si eso se hubiera controlado más no tendríamos tantos casos. Pasó en verano y ha pasado en la Navidad.
¿Y el empeño de Salvar la Semana Santa?
Es volver a pegarle la patada a la misma piedra… Si aumenta la movilidad en Semana Santa, aumenta la interacción y el contacto, lógicamente los casos van a ir para arriba.
Todavía no tenemos un porcentaje de vacunación que nos proteja como grupo, por eso le decía antes que entre personas vacunadas la transmisión de la enfermedad es menor, y probablemente, si nos empeñamos en cometer los mismos errores ya cometidos, seguramente tendremos una situación peor dentro de dos o tres meses.
¿Cómo fue atender al primer paciente COVID?
Fue muy difícil.
…[Se hace un breve silencio]
Fue muy difícil porque hace un año, bueno, todavía no ha llegado porque el primer ingreso que tuvimos en Ceuta fue el 24 de marzo quiero recordar, y todo esto empieza en enero, cuando empezamos a escuchar las noticias de China, el doctor Domínguez ya nos empieza a dar charlas en febrero, pero lo veíamos como una cosa muy lejana… y nunca piensas que eso te va a llegar.
Y luego, empezamos a ver que en Italia ocurrió lo que ocurrió, y después empezaron a saltar los primeros casos y te quedas con el corazón un poquito encogido, porque estas viendo unas imágenes radiológicas terribles y una progresión de la enfermedad que conocíamos parcialmente, por todas las epidemias de coronavirus que ha habido antes, pero que nunca han tenido esta dispersión para convertirse en una verdadera pandemia. Entonces… si le digo que no teníamos miedo, le engaño.
Luego lo vivimos con un poquito de “haber como se comportaba” porque teníamos la referencia de otros compañeros de otros hospitales, de la forma de tratamiento y manejo, pero nos sorprendía, porque es un virus que tiene un comportamiento muy heterogéneo y que no solo provoca una afectación pulmonar, sino que provoca una afectación multisistémica, afecta a todos los órganos del ser humano, que condiciona mucho el trabajo y luego el trabajar con tanto método de barrera, este empañado que tengo yo ahora en las gafas, pues imagínate cuando encima me tengo que poner la otra encima…
En fin, es difícil, es difícil… lo vivimos con inquietud y con cierta zozobra.
El veros con los equipos de protección (EPI)… ¿Cómo ha afectado a la forma de trabajar? Todos los cambios a los que se han tenido enfrentar, no solamente trabajar con los EPIS, sino cambiar zona de trabajo, cambiar protocolos, tener una UCI COVID y una UCI normal ¿Cómo ha afectado todo eso?
Afecta sobre todo a la forma de habituarte a trabajar de una manera diferente. Nosotros siempre hemos trabajado con métodos de barrera, es decir, siempre hemos utilizado bata y medios para garantizar la estabilidad en los procedimientos que hacemos, lo que pasa es que ahora llevamos una capa más, una capa más además por todas partes.
Te habitúas como a todo, te vas habituando por la propia mecánica de hacerlo, pero es difícil y es incómodo, porque sudas una barbaridad, a veces te empañas, no ves con claridad, sobre todo incómodo por esto que te digo, no tanto por trabajar con un método de barrera, porque lo hemos hecho antes.
Cuando hemos tenido casos graves de gripe A, ¡que no se comporta como el coronavirus ni es igual!, hemos usado los mismos métodos de barrera pero claro, hacerte a trabajar así todas las horas del día, es difícil y complicado.
¿Hay pacientes conscientes en la UCI? ¿Qué os trasladan cuando os ven así?
Si, hay pacientes conscientes, sobre todo cuando están en la fase de despertar. Lo que pasa es que al principio pueden hablar poco porque con el tubo para la ventilación mecánica lógicamente no se puede hablar.
Luego, cuando les preguntas es curioso, porque además hemos tenido a amigos personales aquí ingresados en la Unidad, que cuando han salido he podido hablar con ellos, porque además, es una cosa que a mi me ha llamado mucho la atención siempre, qué es lo que percibe el enfermo cuando está sedado, o qué recuerdos tiene de ese tiempo, y lo que recuerdan curiosamente es prácticamente nada.
A los que les he preguntado siempre me dicen que recuerdan el día que estaban peor, pero que luego se duermen y es como un sueño muy prolongado y el despertar es difícil, porque se despiertan en un sitio desconocido, para nada familiar, y es complicado.
De todas formas del momento del despertar tampoco les quedan muchos recuerdos, pero ya luego sí, luego van recuperando la conciencia y su función cognitiva se va restaurando poco a poco y ya los recuerdos si se van agolpando.
¿Qué os dicen cuando ven que han despertado?
Muchos te cuentan que lo han pasado mal, sobre todo el enfermo que lleva tantos días en una ventilación mecánica, en una situación tan grave, lleva aparejado un problema de afectación de la musculatura y de la sensibilidad del cuerpo, te quedas prácticamente inmóvil. Es lo que se llama la polineuropatía del enfermo crítico, entonces estar despierto, respirando, con tus funciones superiores conservadas pero sin poderte mover, eso tiene que ser horrible.
Luego les explicas que eso se va recuperando con la rehabilitación, y de hecho lo recuperan y los ves paseando por la calle con total normalidad, pero claro, el momento ese que tienen de despertar de no poderse mover, muchos lo viven con mucha angustia, porque ahora hablamos de enfermos jóvenes con una vida activa normal que tienen su trabajo y tienen su familia, y tú les puedes decir, no te preocupes que lo vas a recuperar, que vas a estar igual, pero cuando tú te ves que no te puedes mover, el paciente dirá “si, tu me lo dices, ahora, pero yo no me lo creo porque ahora no me puedo mover”, entonces lo viven con mucha angustia y miedo.
Y la relación con los familiares… ¿cómo ha sido durante este año?
La verdad es que no hemos tenido ningún problema, prácticamente con ninguno, no lo recuerdo. Al contrario siempre nos han mostrado apoyo, comprensión y es difícil porque dar este tipo de noticias es complicado, sobre todo trasladar al familiar la gravedad de su padre, de su madre o su marido o esposa… Además, como es una enfermedad que tiene un curso tan largo, a veces parece como que la cosa no avanza y sienten desesperación, pero incluso eso lo han comprendido y siempre hemos tenido una relación buena. Es un paso muy bueno cuando el enfermo deja de ser contagioso y pueden tener una interacción un poquito más cercana, eso les da más esperanzas.
Y luego, dar las malas noticias, pues como siempre, es una cosa a la que no nos habituamos, yo desde luego no.
Porque, aunque el coronavirus ocupa casi todas las portadas, sigue habiendo otro tipo de enfermos, ¿nos hemos olvidado de ellos?
No, de hecho recientemente hemos tenido casos de enfermedad en la UCI “clásicos”, sin ir mas lejos en mi última guardia hubo un infarto agudo de miocardio que se trasladó después de darle la primera asistencia aquí, en el Hospital de Ceuta, se le hizo el cateterismo el mismo día en Puerta del Mar, volvió y s ele pudo dar el alta.
Recientemente también hemos tenido un Código Ictus, una enfermedad isquémica cerebral, que también se le ha aplicado el protocolo de tratamiento como se venía haciendo antes de todo esto, se han hecho cirugías complejas que también han requerido atención por nuestra parte… quizá los porcentajes no están siendo los mismos, pero no por falta de atención.
Yo no se hasta qué punto las personas tienen miedo a acercarse al hospital, sí ha habido casos de enfermedades que han llegado muy pasadas, en el sentido de que a lo mejor una persona tiene un dolor en el pecho y por tener miedo a acercarse al hospital no viene, eso también lo hemos visto.
Y lo que vaya a pasar, lo veremos, porque si que es verdad que hay enfermos crónicos que necesitan una atención y se está haciendo, pero las consecuencias de una sobre ocupación del hospital por una patología que demanda tanto, tantos recursos… lo veremos.
Y lo que no se nos puede olvidar es que esta enfermedad también va a generar enfermos crónicos, o sea que vamos a tener los enfermos crónicos que teníamos mas lo que genera la propia enfermedad.
Imagino que esa será la última ola que tengamos, cuando enfermos que necesitan una atención y ahora a lo mejor no se les está brindando toda la que requieren por diferentes motivos, pues quizá ahí veamos un poco más de sobre carga en el sistema, ya lo veremos. Pero no, no nos hemos olvidado de ellos.
¿Cómo ha sido soportar tantísima carga de trabajo con tan pocos efectivos y durante tantos meses seguidos?
Pues difícil. Es difícil, porque el número de guardias que hacemos es alto, luego las guardias no son fáciles por el número de enfermos que tenemos ingresados en la UCI, entonces todo esto te pasa factura, porque además es una enfermedad tan grave que el porcentaje de personas que no lo superan también te afecta anímicamente.
Se ha soportado como una sobrecarga de trabajo a la no estábamos tan acostumbrados, sobre todo por el mantenimiento en el tiempo.
Nosotros nos llevamos la peor parte en ese sentido, porque somos los últimos que nos vemos aliviados en cuanto a sobre carga de trabajo, pero nos iremos habituando, tenemos los recursos que tenemos gracias a Dios, además una cosa que yo siempre resalto, pero en esta UCI no ha habido ningún caso de contagio, ningún caso de contagio al personal sanitario trabajando, ninguno.
Esa era la siguiente pregunta…
Es que es una cosa que resalto, porque creo que pocas Unidades en España pueden decirlo y eso no es fruto de la casualidad, eso es fruto de un trabajo y una buena planificación y el esfuerzo de no bajar la guardia, mantenerte siempre alerta y hacer las cosas como se requiere porque realmente si, a lo mejor, en un grupo de personas, si hay 20 trabajando, pues no pasa nada, pero nosotros somos cinco. Si falta uno es un 20% y si, se nota.
¿Cómo están ahora las UCIs de Ceuta? ¿En qué situación nos encontramos?
Pues de ocupación, diríamos alta, porque a día de hoy tenemos nueve enfermos ingresados [aunque la entrevista se realizó el pasado jueves, el número de pacientes se mantiene el día de la publicación], partimos de una capacidad estructural se siete camas antes de todo este lío, o sea que el nivel de ocupación es alto. La capacidad que tenemos actualmente es de 16 camas, no se llega ni mucho menos a las 16, pero desde mediados de febrero hemos tenido entorno a 10-11 camas de UCI ocupadas todos los días.
De UCI COVID y UCI normal, entiendo…
Si, lo que pasa es el enfermo COVID, como es una patología que tiene tanta prolongación en el tiempo, cuando ya supera la parte neumónica, queda la parte de secuelas, entonces ahora mismo son nueve enfermos los que tenemos, con COVID activo, en situación infecciosa y enfermos COVID que ya no contagian, pero que están todavía en una fase de dependencia nuestra por el tipo de patología, están dependientes de ventilación mecánica, no son capaces casi ni de sentarse en un sillón… Tenemos nueve enfermos a día de hoy, estamos por encima del 50%.
Existe un gran desconcierto entre la sociedad cuando te dicen “tu abuela no es candidata para entrar a la UCI” algo que crea muchísima confusión… ¿Cuáles son los parámetros para decidir si un pacientes es candidato a pasar a la UCI o no?
Hay que partir de la definición de lo que es el enfermo crítico. Un enfermo crítico es un enfermo que necesita atención y soporte de un órgano que falla, en esta ocasión el más llamativo es la función respiratoria que necesita ayuda, pero luego la definición de enfermo crítico, y no es una definición de ahora, tiene un condicionante que es la reversibilidad. Es decir se trata de una función orgánica que sea potencialmente reversible, y la reversibilidad no depende solo de la situación basal, que también, pero sobre todo si va a ser poco o nada reversible, y en una situación tan, tan, tan evolucionada que nosotros tampoco podemos hacer magia.
Es decir, la atención al enfermo depende de una necesidad por la patología que tiene, que es esa la función orgánica que atendemos y damos soporte, pero luego que esa función sea reversible.
De hecho, entre los últimos casos que hemos tenido, que además está de alta, no se si ya en su casa porque no he mirado el planing, pero por la abuela que ha dicho antes por ejemplo, una señora con 80 años que la hemos tenido intubada más de una semana, y se ha ido de alta y curada, lo último que se en planta, haciendo la rehabilitación y llevando poco a poco una vida más normal. Es decir, la edad no es solo el criterio, lógicamente un enfermo de 90 años y con muchas patologías, con una situación basal deteriorada, ¿qué podemos hacer ahí? Le damos atención, porque no se trata de no atender, si no de adecuar la atención a la situación de cada uno.
A nivel personal y anímico… ¿Cómo se encuentra después de un año de pandemia?
Cansado.
Cansado, pero bueno el ánimo bien, también en esto creo que influye mucho lo que tiene uno detrás, en casa. Cuando vuelves a casa y en tu casa tienes una situación estable y buena, pues también ayuda mucho.
Pero desde el punto de vista físico, pues me encuentro cansado.
¿Y su equipo?
Yo pienso que igual
[Silencio]
Pero bueno, es la situación que tenemos, que tampoco… no se cómo decirle… yo creo que cualquiera en un trabajo tan mantenido y echando tantas horas al mes te vas a sentir igual, pero vamos no perdemos las ganas de venir a trabajar y sacarlos, porque eso es una sensación muy agradable, ver como los enfermos evolucionan y evolucionan para bien.
¿Cómo es volver a casa después de día tras día viviendo una situación tan agotadora?
Te hablo desde mi punto de vista… para mi ir a casa es como ir a mi reino, como yo digo, aquello es un sitio donde encuentro paz, tranquilidad y descanso. Para mi el descaso no es solo tirarte en el sofá si no hacer cosas que no puedes hacer en el trabajo, a mi me gusta leer, jugar al ajedrez y eso ahora en casa lo hago perfectamente, si es verdad que salgo menos a la calle, pero más por una razón de no intentar exponerte de una forma innecesaria, pero en mi casa yo encuentro el descanso que necesito.
¿Había miedo al principio con el desconocimiento y la crisis generalizada de pánico social?
Si, te lo he dicho al principio, miedo si teníamos porque realmente te lo cuentan, tu lo ves… pero estamos viendo que es una enfermedad que tiene una capacidad de transmisión mayor que otra, y además que se comporta con esta gravedad. Miedo claro que hemos tenido, pero aprendemos a trabajar con esas barreras que al final se hacen habituales, ganamos muchísima destreza a la hora de poner el traje de protección, y yo lo peor que llevo, es el empañado de gafas.
¿Qué es lo peor que ha tenido que vivir durante este último año?
Lo peor es la sensación de impotencia de ver que no se puede hacer algo más por un enfermo que tienes a tu cargo y luego transmitir esa noticia al familiar para mí es lo peor. Porque es duro, es difícil ver el sufrimiento en la persona y quedarte tú con un corazón de acero… se pasa mal.
¿Recuerda algo positivo? ¿Hemos aprendido algo?
Si, positivo siempre que salen para adelante. Creo que estamos aprendiendo también el manejo de la enfermedad poco a poco. Hoy sabemos cosas que hace un año no sabíamos y eso repercute en el tratamiento y el manejo.
Quizá también al verlo tan cercano, tenemos esa conciencia de procurar protegernos para no dejar esto desasistido, esto parece una tontería, pero sí somos muy conscientes de esa situación y luego, yo sí percibo algo más de solidaridad, por lo menos en el mundo en el que vivo y trabajo todos los días.
¿Qué se ha hecho mal y que se ha hecho bien?
Uff, no lo se. No sabría contestarte.
Creo que nos hemos adelantado en muchas cosas, y hablo particularmente de la UCI nuestra, creo que la distribución y la mecánica de trabajo ha sido un acierto… Y, ¿qué hemos hecho mal? Pues al principio no teníamos tanto conocimiento del manejo, hemos ido aprendiendo a manejarlo con el paso del tiempo.
¿Qué tendríamos que mejorar? Pues seguramente muchas cosas, pero en general el esfuerzo, la dedicación y la atención que se ha prestado creo que ha sido la adecuada.
Uno echa de menos tener un hospital con cuarenta intensivistas y 200 enfermeros con conocimientos de cuidados intensivos, ahí quizá nos vemos un poco limitados, pero incluso en la zona de ampliación que ha habido una enfermería que la mayoría ya hacían turnos de refuerzo con nosotros durante todo el año y tenían ese conocimiento previo, y con el apoyo de los enfermeros de la UCI clásica, la verdad es que han sacado el trabajo adelante y bien.
La estructura, la organización del trabajo, ha habido cosas que se han ido modificando sobre la marcha también un poco por la necesidad. Yo creo que en general la organización y el trabajo que se ha hecho ha sido adecuado.
Independientemente de la crisis provocada por el coronavirus, en su servicio la mayoría de tus compañeros están cerca de la edad de jubilación ¿Qué futuro le espera a la UCI en Ceuta?
Pues me gustaría saberlo también, pero creo que es una cosa que no depende ni del INGESA ahora mismo, porque estamos buscando de forma activa personal para traer, pero es que no hay.
Realmente no hay intensivistas en paro y luego no es una forma de trabajar que se pueda aprender con un curso y con cuatro formaciones avanzadas.
Desde luego, algo tendrá que cambiar de aquí a unos años para que podamos paliar esa falta de especialistas. Ya te digo que la búsqueda activa se hace, pero la falta de recursos humanos no es que sea Ceuta una isla particular, si no que en toda España se está viendo.
La necesidad puede hacer que especialistas de otras áreas, con características muy similares, como es anestesia, por ejemplo, llegado el caso seguro que van a dar su apoyo, pero ahora es que ellos también tienen su trabajo que hacer y tampoco pueden abandonarlo. De hecho, una característica de esta pandemia es que el trabajo de quirófano se ha seguido haciendo en Ceuta.
¿Qué pasará en el futuro con los intensivistas? Yo creo que pasa por una cosa que siempre defiendo, creo que lo que tiene que cambiar es el atractivo para que el médico venga, no es una cuestión económica, porque hablando con otros compañeros, realmente la diferencia con lo que se gana en la península no es tan alta además, trabajar en la península te brinda la oportunidad de trabajar en áreas privadas que palian esa diferencia, y además tienen el aliciente, ahora no porque esta todo limitado, pero generalmente tiene más movilidad.
Yo creo que lo que tiene que cambiar es la consideración de que Ceuta sea un área de difícil cobertura, eso quizá sea lo que suponga un antes y un después, porque eso si que va a hacer que la gente quiera venir a trabajara Ceuta, habrá colas incluso, porque el hecho de que tu trabajes en un sitio un año y te cuente para bolsas de empleo de cómo dos, eso es lo que va a marcar la diferencia. De hecho tengo amigos que me han dicho “avísame”, ahora no porque si uno tiene la familia fuera, ¿qué te aporta venir aquí salvo que tengas una motivación personal, no? La motiviación laboral puede ser la que cambie esto, pero una situación laboral que te aporte algo y ese algo es eso: que el tiempo trabajado cuente al menos para bolsas de trabajo.
¿Durante esta pandemia el servicio de Cuidados Intensivos ha necesitado ayuda de otras áreas? ¿Cómo ha sido ser el jefe de esta unidad teniendo que coordinar a distintos médicos, personal? ¿Se ha sentido apoyado por sus compañeros intensivistas y por los compañeros de otras áreas?
Si, sin duda.
Ya le digo que yo he notado más solidaridad entre nosotros en todo este tiempo y luego el apoyo que he tenido desde arriba, por parte de la dirección territorial de Jesús y de su equipo, así como de la dirección médica del Hospital, el apoyo ha sido total, cualquier cosa que hemos necesitado la hemos transmitido y al día siguiente, en la medida de lo posible, se ha llevado a efecto, en ese sentido, el apoyo completo.
Y luego el trabajo de coordinación muy bien, sobre todo con Neumología con el doctor Domínguez, con el que la verdad no lo oculto, Leopoldo y yo somos muy amigos, pero siempre lo resalto porque es de justicia, porque el trabajo que él hace fuera de las puertas de la UCI es de una magnitud tremenda, lo reconozco y soy consciente de ello, él hace un trabajo tremendo en cantidad y calidad y que desde luego si repercute que haya menos enfermos que necesiten la atención de la UCI, es con el que tenemos el trato más cercano en ese sentido. Médicos que llevan la sala de observación, pero el que lleva el control de todo eso, tanto en planta con el apoyo de medicina interna, pero sobre todo neumología, y en particular el doctor Domínguez, tenemos una relación fluida y facilita mucho el manejo, porque incluso hay enfermos que pueden tener una situación un poquito inestable, que hay que estar pendiente él siempre nos avisa, y eso hace que vayamos a hacer controles a la planta, así que muy bien.
¿Y con los anestesistas?
El nivel de colaboración con los anestesistas es muy alto, pero gracias a Dios, por ahora hemos necesitado poco su apoyo, en momentos puntuales de asistencia sí han tenido que estar más pendientes de nuestro busca por si surgía algo que no podíamos atender nosotros y luego, pues en la organización del trabajo, hay cosas que no hemos podido hacer y ellos si nos han echado una mano, pero no han tenido que emplearse tanto, han estado más pendientes de que pase algo, pero gracias a Dios no hemos llegado a ese nivel y espero que no lleguemos.
Sr. Director del medio, verifique la información que publica, en 2017 el Dr Laza no era el jefe de la unidad de cuidados intensivos del HUCE tal como aparece en el artículo. Como podrán verificar fácilmente ese puesto era desempeñado por otra profesional de la unidad. Gracias