Said Abdel-Lah Ahmed es la única persona con discapacidad intelectual que forma parte de unas listas electorales en Ceuta. Vecino de El Príncipe de toda la vida, tiene 34 años y se presenta como independiente en el número 15, aunque le cuesta creérselo. Está nervioso, pero nos concede más de media hora generosa a pocas horas que se termine la campaña electoral.
Ha salido del trabajo corriendo, así que en la misma sede de Ciudadanos se cambia la camisa del trabajo por una blanca con el logotipo naranja del partido estampado en el pecho. La timidez del principio la va aparcando dejando paso a un discurso potente, que disipa cualquier duda de porque se ha ganado a pulso su participación en la política institucional. Ayer mismo le increpaban por la calle por tener una discapacidad intelectual y explica que el escarnio y los insultos son algo frecuente. Lo explica mirando a su interlocutor a los ojos, con una dignidad que me hace perder el hilo de las preguntas que le quería hacer. Es importante que se sepa: las personas con discapacidad intelectual siguen estando estigmatizadas en nuestra sociedad.
A sus agresores verbales, Said les hubiera podido decir que sí, que tiene una discapacidad, y que habla dos lenguas perfectamente, que se gana el pan trabajando a diario y honradamente. También que juega al fútbol hasta en competiciones nacionales, que está bien de salud,… y que ha entrado en política por convicción de poder cambiar las cosas. Pero no se lo dice. Su respuesta es él mismo. La discapacidad intelectual es otro complemento circunstancial de su vida, así como el trabajo de limpieza en un instituto de la ciudad o la gorra que se enfunda antes de hablar con nosotros para sentirse más seguro.
Su papel en las listas de Ciudadanos es simbólico. Said es una de las 100.000 personas con discapacidad intelectual que en las últimas elecciones ganaron el derecho de poder votar, y el partido naranja en Ceuta quiso ser consecuente con este hecho, proponiéndole participar aún más activamente en las elecciones. Después de muchas reuniones, Said entró en las listas, aunque con miedo, «de que la gente se ría» de estar aún más expuesto a críticas hechas con mala leche. Pero para que otras personas con discapacidad intelectual que pudieran presentarse a elecciones no se cohíban, él hoy es el protagonista de estas líneas.
El domingo votará por segunda vez en el colegio Reina Sofia. Introducirá la papeleta que encabeza Javier Varga, convencido, «¡sino que hago yo aquí!». Said cree que el empleo es la cosa más necesita Ceuta en este momento, y le pide al candidato, que tiene sentado ahora justo al lado que lo cree si llega a ser presidente, porque «así la gente se va a fiar de él».