Santiago Agrelo (Asados, Rianjo 1942), el célebre Arzobispo de Tánger, nos recibe a pocas horas de la segunda visita del Papa a Marruecos y reflexiona sobre varios asuntos como los retos que la Iglesia tiene fuera del Vaticano, en concreto en países que no son practicantes de la religión católica. También habla con fuerza y claridad sobre cómo ve el panorama para migrantes y para quien vulnera sus derechos. Con un tono pausado y serio muestra que los más de 11 años que lleva a frente de la Diócesis de Tánger le van pasando factura. Nos confiesa que está un poco cansado del sufrimiento que día a día comparte con las personas pobres, sobre todo con los migrantes que acuden a él a buscar ayuda para poder sobrevivir en Marruecos.
Sueña con una Iglesia desligada completamente de proyectos políticos y valora los problemas a los que se enfrenta el Marruecos actual. Reconoce el papel que el reino tiene en la estabilidad económica de África. Se muestra duro con el discurso de odio generado por algunas formaciones políticas en Europa y aquellos que “no hacen más que empeorar las cosas para quienes intentan llegar en busca de un futuro que se les niega”.
Se cumplen 800 años de la llegada de los Franciscanos a Marruecos ¿Cuál cree que ha sido la aportación franciscana a la sociedad marroquí?
Puede que, para los primeros franciscanos que vinieron a Marruecos, fuese importante entrar en una mezquita y gritar que Cristo es el Dios verdadero y que había que convertirse al cristianismo, porque si no, no habría salvación.
Probablemente lo hicieron así y les cortaron la cabeza. Ahora uno dice, “y con razón”, [risas]. De todas formas, dar testimonio del evangelio es legítimo. Las formas son las que cambian a través de los tiempos y desde hace mucho tiempo tenemos muy claro que nuestra manera de dar testimonio del Evangelio es nuestra forma de vida. San Francisco lo escribió así en la Regla hace ya 800 años: “Los que quieran ir entre sarracenos, si es gente preparada para ir, que sus superiores les permitan ir y los envíen, pero que no litiguen, no disputen, vivan entre los musulmanes como cristianos y si alguna vez el Señor les inspira que deben hablar del Evangelio, hablen humildemente del Evangelio”.
Creo que ese es el espíritu que acompaña la presencia de los franciscanos en cualquier parte del mundo, no somos gente que se haya caracterizado por la agresividad.
En 1985 visitó Marruecos Juan Pablo II, pisando por primera vez un país musulmán. Ahora el Papa Francisco ¿En qué piensa que ha cambiado Marruecos desde entonces?
No sé cómo era el Marruecos que encontró su santidad Juan Pablo II. Yo llegué aquí muchos años después y me siento como si fuera todavía un novicio tras más de 11 años. El Marruecos en el que yo vivo es musulmán y tiene una historia de convivencia con las creencias minoritarias no musulmanas pacífica y tranquila. Ahora bien, siempre permanece esa categoría de minoría a la que se concede un respeto simplemente porque somos personas y residimos legalmente en este país. Tenemos unos derechos que no son un privilegio que se nos concede, sencillamente se nos reconoce.
¿La primera visita papal contribuyó a normalizar esa convivencia?
La primera visita contribuyó a dar a la Iglesia un estatuto jurídico mínimo que le ha permitido vivir con tranquilidad y trabajar al servicio de la sociedad de aquí durante todos estos años. La Iglesia católica ha tenido la posibilidad de expresarse durante todos estos años con libertad. Se nos ha dado la oportunidad de hacer evidente que nosotros no representamos una amenaza para nadie. Al contrario, somos, dentro de esta sociedad, portadores de una riqueza inestimable y hemos podido manifestarlo desde el año 1985. Las relaciones de la Iglesia con el Estado y la jerarquía religiosa islámica marroquí son inmejorables. En lo personal y lo que me toca, mi carácter es acogedor y conciliador, tal vez con mi opción decidida y determinada con los pobres, a veces, puede llevarme a adoptar expresiones y a hacer denuncias: soy humano y no puedo prescindir de ello.
Y la pobreza ¿Considera que hay más pobres en Marruecos a la vista de que en otros países desarrollados? ¿La recesión económica ha aumentado la brecha entre pobres y ricos?
No creo que nadie en Cáritas se haya preocupado de tener un estudio sociológico sobre esto. Eso quizá se lo puede permitir la Cáritas española, que es poderosa, pero aquí somos cuatro voluntarios para servir a 40 pobres que se acercan a nosotros. En ese sentido esta Iglesia de Tánger es también de una pobreza total. No es esa gran institución que tiene recursos… es que no tenemos nada más que el corazón de la gente, este aire de familia que todo el mundo encuentra aquí cuando viene. Una vez que entran a una iglesia católica entran en una familia donde nadie les pregunta de dónde vienen o cómo rezan.
¿Qué va a encontrar el Papa Francisco en Marruecos?
El Papa encontrará lo que le hayan manifestado de Marruecos previamente. No va a ver Marruecos, tendrá todo preparado a través de la nunciatura porque allí habrá gente preparada y competente que le habrá trasladado toda la información adecuada. Tiene una agenda intensa en los días que estará en Rabat. Las visitas protocolarias están programadas y no vamos a tener oportunidad de un encuentro en privado con él. Soy el encargado de recibirlo y saludarlo, un saludo que está concordado en la sede de Cáritas en Rabat en el encuentro que va a tener con los emigrantes. Emigrantes con papeles, no habrá ni uno solo sin papeles, no creo que estos tengan acceso a la cercanía del Papa. Ese será el único momento en el que estaré cerca del Papa, podré dirigirme a él, pero no será un encuentro personal. Le pediré una palabra para los emigrantes sin papeles que no podrán estar presentes ese día.
El año pasado fue un año donde llegaron miles de personas a España a través de Marruecos, en concreto el verano trajo un repunte de embarcaciones a lo largo de la costa sur de nuestro país. También hubo dos saltos multitudinarios a la valla de Ceuta y uno a Melilla que fueron respondidos con expulsiones masivas desde el gobierno de España, un gobierno que nada más tomar posesión tuvo un gesto humanitario permitiendo la llegada del AQUARIUS con más de 600 personas a bordo. Ahora desde principios de año, han disminuido las llegadas por mar y se está blindando con alambradas la parte de frontera marroquí. ¿A qué cree que se debe ese empeoramiento de la situación de los migrantes?
El empeoramiento de la situación de estas personas es evidente. Pienso que no tiene nada que ver con la política de España o de Marruecos, sino que tiene que ver con unas opciones políticas que se están tomando en un ámbito universal. Sea donde sea que mires te encuentras con la misma situación de rechazo y de ignorar sistemáticamente los derechos de la población emigrante en todas partes desde Estados Unidos, Canadá, Brasil y por supuesto Italia, Alemania, Hungría, Polonia, Francia y por supuesto España. Estamos hablando de una senda ultraderechista peligrosa por el discurso de odio que genera y trasmite a la población.
¿Afirmaría que el fascismo ha vuelto o que nunca se fue del todo?
Estoy más preocupado por los que abusan de los emigrantes que por los emigrantes. Esto quiere decir que yo tengo que salvar también, si se trata del fascista de turno, al fascista. En ese sentido tengo que medir las palabras porque esta casa tiene que estar abierta a cualquiera que venga a pedir ayuda. Esos que hoy están entre los que ofenden, entre los que hieren, entre los que matan, mañana pueden estar pidiendo ayuda porque necesitan ser perdonados; entonces en ese sentido a mí me toca medir las palabras. Estamos viviendo en un mundo que se está negando a sí mismo, un mundo que se está suicidando. Creo que Europa se está suicidando precisamente con sus opciones de rechazo del mundo de los pobres, de los necesitados, de los emigrantes. Se está jugando el futuro del mundo. Les parece que están haciendo lo correcto dejando que esta gente muera o empujándola a morir y lo que están haciendo es suicidarse, moralmente, espiritualmente y también económicamente. Termina siendo un suicidio en común de una sociedad egoísta, cerrada sobre si misma, que ha decidido simplemente disfrutar con lo que tiene y eso es una cita con la muerte. Europa es el sufrimiento de ver una sociedad que se muere de la forma menos digna posible.
¿Cómo cree que, tras el cierre de las fronteras de Europa, que ya es una realidad, va a acabar la situación para los migrantes?
Los emigrantes han de guardar bien en la memoria que su vida está atravesada, pase lo que pase, por la luz de Dios. No me preocupa eso porque estoy seguro de que es así, pero el futuro de las sociedades que hoy cierran sus fronteras a los pobres es de la confrontación bélica entre ellas y las víctimas no serán los emigrantes sino que serán los que hoy se consideran dueños de las fronteras. Este egoísmo nacionalista que se muestra en todos los aspectos, desde Cataluña hasta Estados Unidos, desde Corea del Norte hasta Brasil, donde mires te encuentras con sociedades egoístas y cada uno tirando de la manta para sí mismo. Esto termina con un enfrentamiento a muerte por apoderarse de los recursos que se supone no llegan para todos. Esto termina mal porque en los discursos que se hacen no hay sitio para el otro.
¿Quiere decir que, bajo su punto de vista, la política no es capaz de solucionar los problemas de las personas?
La política se ha vuelto ciega, mira solamente para sí misma y es un reflejo perfecto del egoísmo de la sociedad. Hoy a un político que se atreva con un discurso como el que estoy dando delante de ti lo descartarían inmediatamente. La sociedad no está ya para escuchar este tipo de discurso lo cual quiere decir que han renunciado a hacerlo los intelectuales y los periodistas.
En la escuela nos han enseñado que las reivindicaciones de derechos se supone son personales e inalienables. Por ejemplo, las mujeres salieron el pasado día 8 a la calle para reivindicar igualdad de derechos, legítimamente, pero yo no veo a esas mujeres salir todos los días a la calle, o una vez a la semana o una vez al mes para reivindicar los derechos de la mujer emigrante, los derechos de las mujeres en los caminos de la emigración.
Me pregunto por qué existe mi derecho si no existe el derecho de mi hermana que está ahí, siendo maltratada, vejada , violada y asesinada. ¿Cómo puedo reivindicar la justicia de lo que a mí se me debe si paso de reivindicar la de mi hermana que está ahí al lado y que carece de casi todo lo que yo tengo?
¿Has encontrado en las mujeres de España o de Italia esta solidaridad con las mujeres emigrantes? Yo no, y eso quiere decir que están muertas, no las emigrantes que pueden ahogarse, pero se ahogan vivas, las otras están muertas por mucho que griten.
Y mientras tanto se siguen ahogando y continuaran ahogándose. Estos chicos y chicas que tengo delante de la catedral de Tánger, estás personas que llevan meses pidiendo, ¿qué futuro tienen? Pues muy sencillo, abordar la muerte en el Estrecho, no les queda otra.
Devoluciones selectivas a Marruecos según el criterio de la autoridad cuando sean rescatados ¿Cuál es su opinión?
Las devoluciones en caliente son una inequidad. La legislación particular para Ceuta y Melilla es una iniquidad. Y una iniquidad más absoluta para Salvamento Marítimo, para los rescates en el mar. Es una obscenidad jurídica y una iniquidad moral, lo firme quien lo firme.
¿Y culpar a las ONGS que ayudan y no dejarles hacer trabajo humanitario?
Eso ya es simplemente una infamia. No solamente no dejan salir a los barcos al Mediterráneo central a rescatar personas, sino que criminalizan a quien acoge. Ya hemos llegado a eso y todavía llegarán muchísimo más. Inventaran por ley una humanidad deshumanizada. Yo espero que siga habiendo muchos hombres y mujeres que se revelen contra este sin sentido, pacíficamente, pero que hagan de su vida otra cosa.
Y por último, ¿Qué espera tras la visita del Papa Francisco?
Que me acepte inmediatamente la renuncia. Estoy cansado y quiero ir a recogerme a mi Galicia natal.