Pese a gozar, en general, de un clima favorable al libre ejercicio del periodismo y mantenerse entre el 30% de los países del mundo con una situación “buena o bastante buena” para la libertad de información, los profesionales de los medios en España siguen padeciendo una precariedad preocupante y ya cronificada, según Reporteros Sin Fronteras
España desciende cuatro puestos en la Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa 2023 de Reporteros Sin Fronteras, desde el 32º al 36º, aunque pierde solo 1,34 puntos en la calificación global de la tabla, pasando de 76,71 puntos sobre 100, en la edición 2022, a 75,37 puntos, en la edición 2023. Pese a gozar, en general, de un clima favorable al libre ejercicio del periodismo y mantenerse entre el 30% de los países del mundo con una situación “buena o bastante buena” para la libertad de información, los profesionales de los medios en España siguen padeciendo una precariedad preocupante y ya cronificada.
Es, de hecho, el indicador económico en el que España vuelve a registrar su peor resultado, cayendo hasta los 60,33 puntos sobre 100, en 2023, frente a los 63,38 registrados en 2022. El contexto económico en el que se mueven los periodistas españoles es, de lejos, el indicador peor puntuado por el panel de expertos en libertad de prensa (investigadores e investigadoras, profesores y profesoras universitarios, periodistas, especialistas en derechos humanos y libertad de expresión…) que ha respondido al centenar de preguntas que conforman el cuestionario sobre el que se apoya, en su apartado cualitativo, la Clasificación de RSF.
Otro factor que explica el descenso de España en el ranking es el empeoramiento del indicador legal y jurídico (el que mide el contexto legislativo en el que se mueve la profesión periodística); un movimiento que RSF interpreta como las expectativas desfavorables sobre la derogación de los artículos más polémicos y perjudiciales para la libertad de información de la “Ley Mordaza”. El bloqueo en el Congreso de la reforma de la ley, una de las promesas destacadas del Gobierno y sus socios para la actual legislatura, ha enfriado la percepción que los expertos del sector tienen respecto al entorno legal y jurídico que rodea a la prensa en España. Tampoco han salido adelante otras reformas para despenalizar los llamados “delitos de opinión” y, sin embargo, se han multiplicado acciones judiciales abusivas (SLAPP) contra medios y periodistas. El indicador del contexto legal cae hasta 78,74 puntos, frente a los 82,16, en 2022.
La fuerte politización de los medios de comunicación, cada vez más contagiados de la polarización que afecta a la política española y cada vez más incapaces de respetar los imprescindibles límites entre la información y la opinión, también contribuye a erosionar la libertad de prensa en España. Sin embargo, el clima sociocultural del país se halla entre los más favorables a la libertad de información de su entorno y las agresiones a la prensa se encuentran en mínimos históricos y europeos, después de unos años de mucha mayor violencia policial y ciudadana. Los periodistas, no obstante, ven contrarrestada esta mejora con un agravamiento de la hostilidad y el acoso en las redes sociales.