Fernando Simón, director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias (CCAES), ha asegurado que un relajamiento imprudente con respecto a las recomendaciones de seguridad e higiene, así como la llegada de turistas en verano, podrían provocar un rebrote entre julio y agosto. No obstante cuando sí cree Sanidad que inevitablemente se producirá un repunte de casos es entre los meses de octubre y noviembre y ya se prepara para ello
El director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias (CCAES), Fernando Simón, ha hecho un llamamiento a la prudencia y la responsabilidad durante la nueva normalidad. Para el director del CCAES un relajamiento excesivo con las recomendaciones de seguridad e higiene sería una imprudencia, sobre todo, teniendo en cuenta que con la apertura de las fronteras y el levantamiento de las restricciones a la movilidad dentro del país, llegarán turistas procedentes de otros países u otras comunidades autónomas, por lo que aumenta el riesgo de contagios. No obstante, Simón ha condicionado la posibilidad de un rebrote de COVID-19 durante la época estival a una forma de actuar imprudente e irresponsable.
Una situación distinta parece ser la del posible rebrote otoñal del que parece que no nos salva nadie. De hecho, las autoridades sanitarias trabajan para prepararse de cara al peor escenario posible, que sería el de un rebrote sin dispones todavía de una vacuna. Debido a la experiencia, se espera que de producirse este repunte de contagios se pudiese detectar con una dilación de entre uno y tres días, lo que permitiría controlarlo a tiempo. De hecho, el director del CCAES ha celebrado en su comparecencia que actualmente esto es lo que está ocurriendo con los pequeños focos que van surgiendo en distintos puntos del país. «Se están detectando de forma muy precoz» ha concluido.
Una de las cuestiones que están sobre la mesa a propósito de este rebrote, pronosticado entre en los meses de octubre y noviembre, es la de adelantar la campaña de vacunación contra la gripe con vistas a ese posible rebrote otoñal de COVID-19. La idea sería evitar que ambas enfermedades se solapen en el tiempo ya que presentan síntomas parecidos y podría dificultar seriamente la identificación de pacientes contagiados por el nuevo coronavirus.
Sin embargo, adelantar la campaña de la gripe podría traducirse en una pérdida de eficacia de la misma según el doctor Simón, por lo se ha mostrado cauteloso con respecto a esta posibilidad y ha recordado que, en cualquier caso, «la vacunación de la gripe no afecta a la epidemia del coronavirus».