La falta de presupuesto y la compleja situación política han dejado a España en una posición crítica respecto a su compromiso con la OTAN para incrementar el gasto en Defensa. Mientras Estados Unidos delega cada vez más la seguridad europea en los propios países del continente, la Alianza Atlántica ha puesto un plazo de cinco años para que sus miembros sean capaces de defenderse sin depender de Washington.
En este contexto, la ministra de Defensa, Margarita Robles, reafirmó ayer en Bruselas el compromiso español con la seguridad y estabilidad de la región, aunque reconoció las dificultades para aumentar el gasto militar debido a la falta de presupuestos aprobados y la situación de minoría parlamentaria del Gobierno. «España es un aliado serio y fiable, que cumple siempre con sus cometidos y va a seguir cumpliendo con sus compromisos», señaló Robles.
Presión para alcanzar el 2% del PIB en Defensa
Desde 2014, la OTAN exige a sus miembros una inversión del 2% del PIB en Defensa, un objetivo que España ha fijado para 2029. Sin embargo, el debate sobre aumentar este mínimo hasta el 3% podría situar a España en una posición aún más comprometida. A día de hoy, el gasto español en Defensa sigue lejos de estas cifras, lo que genera preocupación entre los aliados.
Pese a las limitaciones presupuestarias, el Gobierno de Pedro Sánchez ha tratado de justificar su compromiso mediante inversiones puntuales en programas de Defensa aprobados en los Consejos de Ministros. A esto se suma la participación activa en misiones de la OTAN, con efectivos desplegados en Letonia, Eslovaquia y Rumanía, además de la presencia naval en el Mediterráneo.
El Compromiso con Ucrania
Desde el inicio de la guerra en Ucrania, España ha tratado de mantener su apoyo a Kiev con envíos de material militar y humanitario. Ha suministrado carros de combate Leopard 2A4, equipamiento de invierno y ha contribuido con 100 millones de euros al Fondo Europeo para la Paz. Además, ha entrenado a más de 6.400 soldados ucranianos en diferentes programas de formación militar.
En el ámbito humanitario, el Ministerio de Defensa ha impulsado un programa de atención médica para soldados heridos en combate, trasladándolos a Zaragoza para recibir tratamiento. También ha desarrollado la iniciativa «vacaciones en paz» para que las familias de los combatientes puedan pasar un tiempo alejado del conflicto.
Un Futuro Incierto
Con la presión creciente por parte de la OTAN y la incertidumbre política interna, España enfrenta un desafío difícil para cumplir con sus compromisos internacionales en materia de Defensa. Mientras otros países europeos aumentan su inversión, la falta de consenso parlamentario en España complica cualquier decisión de aumentar el gasto.
A medida que la guerra en Ucrania se acerca a su posible fin y Europa se enfrenta a la necesidad de reforzar su seguridad de manera autónoma, España debe decidir cómo responder a la creciente presión internacional sin desatender las restricciones económicas y políticas internas.
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