El número total de peticiones fue de 88.762 (un 25% menos que en 2019), mientras que el total de resoluciones favorables apenas superó las 5.700, con 4.360 concesiones de estatuto de refugiado y 1.398 de protección subsidiaria.
Un año más, las 5 primeras nacionalidades en solicitantes de asilo son latinoamericanas, con Venezuela y Colombia como países destacados
La Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR), a través de una nota de prensa, lamenta que «la tasa de aprobación de solicitudes de asilo volviera a situarse por segundo año en el 5% durante 2020, mientras que el número total de peticiones descendió un 25% hasta las 88.762, frente a las más de 118.000 del ejercicio anterior, de acuerdo a la publicación «Más que cifras» que resume los principales datos de asilo del pasado año».
De este modo, CEAR reprueba a las autoridades españolas por «volver a defraudar a las personas que buscan refugio en nuestro país, con una de las tasas de aprobación más bajas de la Unión Europea». De hecho, ese 5% de solicitudes aprobadas por España representa la tasa más baja dentro de los estados miembros de la UE, cuya media es del 32%, casi siete veces mayor.
Así, el número de resoluciones favorables apenas superó las 5.700, con 4.360 concesiones de estatuto de refugiado y 1.398 de protección subsidiaria. Cabe destacar como elemento positivo los más de 40.000 casos concedidos por razones humanitarias, en su práctica totalidad a personas procedentes de Venezuela, con alguna excepción a personas procedentes de Ucrania, Colombia o Perú.
«El cierre de fronteras provocado por el coronavirus ha generado un importante descenso en las personas que han podido llegar hasta nuestro país para pedir asilo», ha destacado Paloma Favieres, portavoz de CEAR. «Estamos muy preocupados por las miles de personas que se han quedado atrapadas por las restricciones de movilidad provocadas por la pandemia, en países donde su vida corre peligro, sin poder acceder al derecho de asilo», ha añadido.
Asimismo, desde CEAR informan de que en 2020 «España resolvió la cifra más alta de peticiones de asilo desde que se tienen estas estadísticas, con lo se consiguió reducir más de un 20% los expedientes por resolver, por lo que a principios de año el número de solicitudes acumuladas superaba las 103.000«. No obstante, la entidad no oculta su preocupación por que «esta agilidad no puede repercutir en la calidad del procedimiento, que exige resoluciones con un estudio individualizado, sin aplicar criterios estándar según nacionalidades, sino garantizando el estudio de cada caso».
De nuevo, las 5 primeras nacionalidades en solicitantes de asilo son latinoamericanas, con Venezuela y Colombia como países destacados. Además, este último acumula además más de la mitad de las denegaciones realizadas. «Los orígenes mayoritarios de las personas solicitantes de asilo es muy diferente al de otros países de la UE debido a las políticas de visados aplicadas por España que sigue exigiendo visado de tránsito a personas que huyen de Siria, Yemen o Palestina, entre otros, lugares donde se viven conflictos armados desde hace años y a quienes sin embargo nuestro país no ofrece oportunidad de llegar para buscar refugio», ha precisado Favieres.
En ese sentido, desde CEAR señalan que resulta «particularmente preocupante» que el número de personas reasentadas por nuestro país fuera tan solo de 363, frente al compromiso de 1.200 para ese periodo, e instan a que España haga una apuesta seria por el reasentamiento dado que es la única vía segura habilitada en estos momentos.
También para la entidad llama la atención que apenas el 3% de las solicitudes se hayan presentado en puestos fronterizos, Centros de Internamiento Extranjero (CIE), y a través de extensiones familiares en Embajadas. «Detrás de este mínimo porcentaje hay un incalculable sufrimiento, vulneraciones de derechos e incluso muertes. Ese 3% significa que España no ha permitido en la práctica solicitar asilo en lugares que habrían evitado devoluciones a países no seguros y que ha obligado a las personas a poner en riesgo su vida al tomar rutas cada vez más peligrosa», ha criticado Favieres.
Edades de los/as solicitantes y solicitudes por Comunidad Autónoma
Los menores de edad representaron cerca de un 18% del total de los solicitantes, mientras que el cerca de la mitad tenían una edad comprendida entre los 18 y los 34 años, y sólo el 1’6% más de 65 años.
Por Comunidades Autónomas, el número de solicitudes de asilo fue: Madrid 33.871, Catalunya 9.614, Andalucía 9.254, Comunidad Valenciana 9.060, Canarias 3.983, Galicia 3.840, Euskadi 3.085, Aragón 2.763, Región de Murcia 2.463, Castilla y León 2.446, Illes Balears 1.617, Melilla 1.421, Castilla-La Mancha 1.402, Asturias 1.001, Navarra 972, Extremadura 654, La Rioja 474, Cantabria 418, Ceuta 285.
Por último, CEAR destaca que, pese a que las llegadas a Canarias por la ruta Atlántica superaran las 23.000, tan solo se registraron menos de 4.000 peticiones de asilo, y la mayoría de personas de países no africanos.
Isabel, una refugiada sin refugio
La entidad también ha querido visibilizar lo que puede habar, y en muchos casos hay, tras una petición de asilo o refugio. Por ello, cuenta la historia de Isabel, una mujer activista indígena colombiana, que «sufrió todas las amenazas a su vida posibles por parte de narcotraficantes«. «Encontró ratas muertas en su lugar de trabajo, recibió llamadas diciendo que iba a morir ese día, vio como mataban a una de las compañeras de su asociación, y se encontró a su hijo en la puerta de su casa tras unos días de secuestro en los que fue obligado a drogarse», explican desde CEAR.
A pesar de ello, desde CEAR reprochan al Gobierno español que «nada de eso fue suficiente para que las autoridades españolas reconocieran su derecho de asilo y su petición fue rechazada, uniéndose a las más de 5.000 que nuestro país denegó el año pasado a personas procedentes de Colombia».
«Isabel habla con el rostro tapado, y ese no es su verdadero nombre, porque aún en España teme las represalias de los narcotraficantes a su familia o a compañeras de su asociación, dedicada a rehabilitar a jóvenes adictos y proteger a las mujeres obligadas a prostituirse», ha asegurado CEAR
«Isabel se vio obligada a huir de su país para salvar su vida del mismo modo que si hubiera un conflicto armado. España tiene una asignatura pendiente, debe avanzar en el reconocimiento del derecho de asilo en casos de persecución de agentes no estatales en aquellos casos en los que las personas no reciben protección efectiva por parte de sus autoridades», precisan desde la entidad.
«‘No sé qué va a pasar, estoy en una incertidumbre total. Solo pido una oportunidad más de vida«, cuenta Isabel tras verse en situación irregular tras el rechazo a su petición. Una vida que sabe que ahora mismo no es posible en su país. ‘Si vuelvo, estoy muerta‘».