La organización del Mundial 2030, una edición histórica que será organizada conjuntamente por Marruecos, España y Portugal, enfrenta nuevos desafíos logísticos. Según informaciones recogidas por Infobae, la FIFA estaría considerando una reducción en el número de estadios inicialmente propuestos, lo que podría dejar fuera a varias sedes emblemáticas en ambos lados del Mediterráneo.
Sedes bajo escrutinio
Actualmente, la candidatura conjunta contempla un total de 20 estadios, con España aportando 11 recintos, Portugal 3 y Marruecos 6. No obstante, fuentes cercanas a la FIFA apuntan que esta cifra sería considerada excesiva, generando así la necesidad de descartar al menos tres estadios.
En el caso de España, los recintos que estarían en riesgo de ser eliminados son el estadio Riazor, en A Coruña, y el estadio Anoeta, en San Sebastián. Por parte de Marruecos, la ciudad de Fez podría perder su lugar como sede, lo que ha despertado preocupación en el país magrebí.
El impacto del Estadio de Mestalla
Uno de los factores que ha influido en esta posible reducción es la inclusión tardía del Estadio de Mestalla, en Valencia. Tras años de paralización, las obras de este recinto se han reanudado recientemente, con la expectativa de que esté listo para 2028. Su incorporación al proyecto ha aumentado la complejidad de la planificación, obligando a la FIFA a reevaluar el total de estadios necesarios para el torneo.
Los desafíos logísticos
Reducir el número de estadios busca optimizar la organización del Mundial, pero también plantea tensiones políticas y deportivas. Las ciudades candidatas han invertido recursos significativos en preparar sus infraestructuras, y ser excluidas podría generar malestar tanto en las administraciones locales como entre los aficionados.
Además, esta incertidumbre pone de manifiesto los retos inherentes a una candidatura tan ambiciosa, que busca unir tres continentes y culturas distintas en un mismo evento.
Decisión final pendiente
Aunque estas posibles exclusiones no son definitivas, la situación resalta las presiones a las que se enfrenta la FIFA en la organización del Mundial 2030. La decisión final sobre las sedes se espera en los próximos meses, y será crucial para garantizar el éxito logístico y deportivo de un torneo que promete ser inolvidable.