La situación de sinhogarismo o los problemas con la documentación son algunas de las situaciones más frecuentes cuando abandonan los centros de menores: «Esto se debe a una desidia por parte de la Administración y a una gran falta de interés»
Adil (nombre ficticio) sueña con trabajar en un centro de menores. De momento duerme en una casa abandonada y se busca la vida con trabajos de reparación, aunque sin un contrato que le ayude a estabilizar su vida. A Hisham le gustaría cursar los estudios de Bachillerato y vestir algún día el uniforme del Cuerpo de Policía Nacional, pero siente que el tiempo está en su contra. Para Abdessalam, lo más importante para estar en esta vida son los papeles y el trabajo. Y no desaprovechó la oportunidad que tanto tiempo estuvo esperando. Ahora lleva tres años trabajando como ayudante de cocina en un restaurante del barrio malagueño Puerta Blanca, en el que metió cabeza realizando unas prácticas.
El documental ‘Extutelados: de la tutela al abandono’, producido por la Asociación Marroquí para la Integración de los Inmigrantes, recoge los relatos de vida y de superación de tres de los jóvenes migrantes extutelados a los que se da apoyo desde la entidad. Unos testimonios que se intercalan con los de otras voces expertas: el presidente de la organización, Ahmed Khalifa; la concejala delegada del área de Migración, Acción Exterior y Cooperación al Desarrollo del Ayuntamiento de Málaga, Ruth Sarabia; y Rocío Roca, abogada de la entidad y experta en Extranjería. Un trabajo que pretende servir de radiografía para visibilizar el abandono al que se condena a la juventud migrante extutelada una vez que cumple 18 años.
De momento, para estos chicos y estas chicas alcanzar la mayoría de edad supone enfrentarse a la situación de sinhogarismo, al menos en una gran mayoría de casos. Existen muy pocos recursos habitacionales específicos para este colectivo, una problemática que es compartida en Andalucía y en el resto del territorio español. Esto significa que, al salir de los centros, les espera la calle o el albergue. A esto hay que sumar otras circunstancias relacionadas con la documentación: muchos chicos y chicas quedan en situación de total irregularidad después de años bajo la tutela de la Administración. O, en caso de conseguir un permiso de residencia, acceden a uno que no autoriza para el empleo.
«Su primera necesidad, según nos están contando, es la de la documentación. Quieren tener un permiso de residencia y trabajo para poder desenvolverse solos en la sociedad como cualquier otra persona», apunta el presidente de la entidad. «Muchos de ellos nos dicen que no quieren comida, con que me ayudes a obtener un permiso de trabajo es suficiente», relata Khalifa, haciendo hincapié en que es imposible completar el proceso de integración o de inserción en la sociedad si ni tan siquiera se tiene la documentación en regla. Algo que es importante recalcar en un momento en el que el Ministerio de Interior parece estar dando pasos atrás en lo que respecta a la modificación del Reglamento de Extranjería para subsanar estos errores administrativos con consecuencias fatales para la juventud extutelada. «Esto, por supuesto, se debe a una desidia por parte de la Administración y a una gran falta de interés», apostilla la abogada de la Asociación Marroquí.
Este documental se enmarca en el proyecto ‘Jóvenes en Movimiento: Integración y acceso a la plena ciudadanía de los colectivos MENA y JIEX‘, con la colaboración de la Agencia Andaluza de Cooperación Internacional para el Desarrollo de la Consejería de Igualdad, Políticas Sociales y Conciliación de la Junta de Andalucía. Se trata de una producción con la que se pretende concienciar a las autoridades y administraciones, así como al resto de la sociedad, de lo excesivamente complicado que lo tiene esta juventud. Una juventud que necesita más oportunidades y que forman parte del futuro de nuestra sociedad.