El fallecimiento de Alex Salmond, ex ministro principal de Escocia, ha conmocionado al mundo político británico. Salmond, quien lideró Escocia entre 2007 y 2014, murió repentinamente a los 69 años mientras pronunciaba un discurso en Macedonia del Norte. Su muerte marca el fin de una era para el movimiento independentista escocés, del cual fue un ferviente defensor.
Salmond llevó al Partido Nacional Escocés (SNP) al poder en 2007, logrando una histórica mayoría en 2011 que permitió la celebración del referéndum de independencia en 2014. Aunque el referéndum resultó en un ‘no’ a la independencia con un 55% de los votos, Salmond dejó una huella imborrable en la política escocesa.
Tras el referéndum, Salmond renunció a su cargo y tuvo un desencuentro con su sucesora, Nicola Sturgeon, debido a la gestión de denuncias de acoso en su contra. En 2020, fue absuelto de graves delitos sexuales, y en 2021 fundó el partido Alba, continuando su lucha por la independencia escocesa.
La noticia de su muerte ha generado reacciones de figuras políticas prominentes. El primer ministro británico, Keir Starmer, lo describió como una ‘figura monumental de la política escocesa y británica’, destacando su dedicación al patrimonio y cultura de Escocia. Rishi Sunak, ex primer ministro conservador, reconoció su habilidad para el debate y su pasión por la política, a pesar de sus diferencias en cuestiones constitucionales.
Anas Sarwar, portavoz del Partido Laborista de Escocia, rindió homenaje a Salmond como ‘una figura central’ en la política escocesa durante décadas, subrayando que su contribución no puede subestimarse.
Alex Salmond será recordado no solo por su papel en el referéndum de 2014, sino también por su incansable defensa de la independencia escocesa desde su juventud. Su legado perdurará en la historia política de Escocia y en el corazón de aquellos que compartieron su visión de una Escocia independiente.