El fútbol argentino está de luto. Hugo Orlando Gatti, uno de los arqueros más emblemáticos en la historia de Boca Juniors y del fútbol sudamericano, falleció este domingo en Buenos Aires a los 80 años, tras permanecer casi dos meses internado en el Hospital Pirovano.
“El Loco”, como era conocido por su estilo irreverente y su actitud desafiante dentro y fuera de las canchas, había sido hospitalizado luego de sufrir un accidente mientras paseaba a su perro. La caída le provocó una fractura de cadera que requirió intervención quirúrgica. Durante su recuperación, una severa infección respiratoria agravó su estado de salud, derivando en su fallecimiento.
Su hijo, Lucas Gatti, brindó declaraciones a medios argentinos: “Mi papá ya había muerto anímicamente hace ocho meses, cuando mi mamá se fue al cielo. Yo quise llevármelo a Europa, pero él ya no quería. Se ha ido en paz y luchó hasta el último momento”.
Gatti revolucionó la posición de arquero en el fútbol argentino con un estilo audaz, anticipándose a los delanteros fuera del área y jugando el balón con los pies, algo inusual en su época. Su extravagancia y carisma lo convirtieron en una figura inolvidable, no solo por su rendimiento bajo los tres palos, sino también por su fuerte personalidad.
Figura clave del mítico Boca Juniors de 1981, compartió vestuario con íconos como Diego Maradona y Miguel Brindisi, en una temporada que quedó grabada en la memoria de los hinchas xeneizes. Su legado en La Bombonera es imborrable.
Además de su carrera como futbolista, Gatti mantuvo una vida mediática activa. En España, se ganó la atención del público por sus apariciones en el programa deportivo El Chiringuito, donde defendía con fervor al presidente del Real Madrid, Florentino Pérez, y se destacaba por su visión provocadora del fútbol moderno.
Su fallecimiento fue confirmado por el Hospital Pirovano y rápidamente ocupó la portada de todos los medios argentinos. Hoy, el fútbol despide a un arquero diferente, a un personaje único. A una leyenda.
