Una mujer porteadora ha fallecido esta madrugada al caerse por una escollera cuando iba a hacer sus necesidades. Las condiciones infrahumanas en las que estas mujeres realizan un trabajo, del que sacan beneficios España y Marruecos, quedan de nuevo al descubierto con este trágico suceso
Esta madrugada una mujer porteadora, que respondía a las siglas de F.B, residía en Rincón (M’diq), tenía 48 años y cuatro hijos, ha fallecido al caerse por la escollera mientras aguardaba la cola para poder entrar a Ceuta a portear. Ha sido un accidente que se podría haber evitado.
Según la Delegación del Gobierno de Ceuta todavía no hay una confirmación oficial desde Marruecos de la muerte de esta porteadora, pero autoridades fronterizas confirman el accidente. Las condiciones en las que las mujeres aguardan su turno en la frontera es cada día más inhumano, colas infinitas de varias horas a la intemperie, sin agua, sin aseos públicos y aguantando las inclemencias meteorológicas.
Las reivindicaciones de este colectivo son bien conocidas por autoridades y organizaciones defensoras de los derechos humanos y entre ellas están el libre acceso a aseos y a agua a ambos lados de la Frontera. La investigadora y miembro de la Asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía (APDHA), Cristina Fuentes, denuncia que «hoy sólo podemos contener la rabia y la ira. La APDHA lleva desde 2012 reivindicando la dignificación de las condiciones laborales de las mujeres porteadoras. Acciones tan sencillas como fuentes de agua potable, baños públicos, zonas de sombra… son cosas tan sencillas que a veces parecen objetivos conformistas», pero que habrían evitado la tragedia de esta madrugada.
«Tristemente no ha sido así, la inexistencia de baños públicos habilitados, la reducción de los días para el porteo femenino -porque siempre ha sido femenino-, la política de tickets, la gestión de esta frontera… nos ha dejado una mujer más asesinada por la crueldad de las políticas fronterizas» lamenta Cristina Fuentes.
Por su parte, las autoridades fronterizas refieren que «es un absurdo que se guarde cola en Marruecos, porque a España van a entrar todas las mujeres porteadoras sin límite de número, aún así tienen miedo de que Marruecos no las deje pasar, por eso hacen largas colas para intentar ser las primeras y pasar seguro». La incertidumbre de la frontera, la arbitrariedad de Marruecos y la reducción de días de porteo hace a las mujeres más vulnerables.
Las condiciones inhumanas de la frontera
Hace un año y medio que el porteo con bultos a la espalda ha desaparecido. Las autoridades españolas y marroquíes decidieron aumentar el número de kilos que hombres y mujeres pueden portear, pero es obligatorio el uso de un carro que deben empujar a través de suelos mal pavimentados y cuestas. Además en el lado español de la frontera, en el Polígono del Tarajal, donde las mujeres recogen la mercancía que tienen que pasar a Marruecos no hay baños públicos ni fuentes de agua. Algunos empresarios de la zona han puesto pequeños grifos en las fachadas de sus negocios, pero éstos han sido cerrados por la empresa del agua al ser instalaciones ilegales.
Hace 15 días una mujer caía desmayada dentro de Tarajal II, teniendo que ser trasladada en ambulancia al hospital. Fue atendida por operativo de la UIR y una ambulancia y refería que había sido operada hacía unos días en Marruecos y la vuelta al trabajo, con el esfuerzo que supone el porteo, le habría causado el desmayo. Desde el INGESA no le dieron importancia al suceso, pero la realidad es que estas mujeres soportan varias horas de trabajo bajo unas condiciones pésimas, tal y como denuncian organizaciones como la APDHA.