La pandemia de 1918 de influenza, conocida como la gripe española, arrasó en todo el mundo, en lo que todavía se considera como uno de los brotes de enfermedad más mortales registrados en la tierra, se estimó que alrededor de 500 millones de personas, un tercio de la población mundial, padeció esta pandemia, la cual apareció en la Primera Guerra Mundial; su detonante fue la propagación en espacios reducidos y cerrados, por movimientos masivos de tropas que hicieron que se propagara este virus.
En aquellos momentos los científicos de la época no habían descubierto los virus, por lo tanto no había pruebas de laboratorios para diagnosticarlos, no había vacunas para protegerse contra esta infección vírica y la única vía de prevenir la propagación era una buena higiene personal, además de la implementación del aislamiento y la cuarentena. Por ello desde el Gobierno central se tendrán que tomar medidas tales como que las vacunas que salgan sean mas eficaces, así como que su fabricación sea mas rápida, gestionando que los medicamentos para prevenir esta pandemia sean menos costosos.
Dentro del contexto de la geopolítica, en lo que se refiere a la propagación del COVID-19, los mercados globales y el comercio se contraerán en un futuro inmediato, el pleito con energías fósiles como el petróleo hará que entre países como Rusia y Arabia Saudí derive en una caída sin precedentes en la cotización del barril de Brent.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) con la aparición del coronavirus, supuestamente por razones políticas, la OMS retrasó el anuncio del mismo por intereses geoeconómicos, en una gobernanza global cada vez más competitiva y fragmentada, donde la historia demuestra que una advertencia oficial temprana podría haber canalizado a las naciones y sociedades a actuar antes salvando más vidas, porque las economías mundiales se pueden auxiliar con el tiempo, pero la pérdida de millones de vidas humanas no.
Por ello muchos de los líderes europeos a nivel mundial, cuando ven escenarios tan trágicos como la aparición de esta pandemia, se tendrían que dar cuenta de que la geopolítica, necesita cambios de gran calado, como es llenar ese vacío de liderazgo inexistente actualmente. Para poder llevar políticas multilaterales y de cooperación (que en la actualidad no existen debido a que cada país actúa según sus propios intereses), dejando que decisiones tan importantes como son la economía, el cambio climático, la polarización en Latinoamérica y las guerras en Oriente Medio, pasen a un segundo lugar. No debemos olvidarnos que los países emergentes están comiendo terreno a los países desarrollados a pasos agigantados, como por ejemplo China, la cual es la segunda economía a nivel mundial.
José Antonio Carbonell Buzzian