El Mundo ha contactado con el hermano y la madre de Larios, un joven de 19 años que supuestamente murió el 6 de febrero del 2014 en la playa del Tarajal
La juez del juzgado de Instrucción número 6 de Ceuta ha procesado a 16 guardias civiles por haber indicios que su actuación la noche del 6-F pudiera haber causado la muerte de, al menos, 15 personas. Aunque el auto descarta investigar posibles lesiones por el armamento antidisturbios utilizado por la benemérita, sí que ve un posible homicidio imprudente y/o omisión del deber de socorrer.
La familia de Larios, en declaraciones a El Mundo, explica que creen que su ser querido está enterrado en Ceuta. Afirman que la madre envió muestras de saliva pero que nunca se ha hecho la autopsia a cinco cadáveres, entre ellos, el que creen que pertenece a su familiar. Asimismo, toda la comunicación con España a sido a través de la ONG Caminando Fronteras y la Coordinadora de Barrios, una de las acusaciones en el juicio. Tampoco han conseguido que investigar la muerte de su hijo haya constituido razón suficiente para que le concedan a la madre un visado temporal para viajar a España.
Ferik, el hermano, explica que Larios emprendió el viaje a Europa para buscar oportunidades que en su Camerún natal no tenía. Compañeros de viaje les hicieron llegar los rumores de la muerte pero no se lo creyeron hasta la llamada de Helena Maleno, que les explicó los hechos del Tarajal. «Queremos ir para ver dónde están enterrados nuestros hijos y hermanos, asistir al proceso y expresarnos frente a los acusados como víctimas. Tarde o temprano, podremos ir a los tribunales y hacerlo saber a la sociedad. Nos gustaría sentarnos ante los acusados y preguntarles por qué lo hicieron». Porque la familia no ha conseguido «ni verdad, ni justicia, ni reparación«.