El líder popular enfrenta tensiones internas entre el ala moderada y el sector más conservador del partido, con temas clave como Vox, el aborto y las primarias sobre la mesa.
Alberto Núñez Feijóo ha reabierto el debate sobre la dirección ideológica del Partido Popular justo cuando el partido se encamina hacia un momento clave de reflexión y definición estratégica. El líder del PP llega a este nuevo cónclave rodeado de incertidumbre y con un partido dividido en torno a asuntos fundamentales como la relación con Vox, la postura ante el aborto o el sistema de primarias para elegir a los líderes.
En el seno del PP crecen las voces de preocupación, especialmente desde el sector más moderado, ante la posibilidad de un giro conservador que, según advierten, podría alejar al partido de los votantes de centro y complicar aún más las posibilidades de ensanchar la base electoral. «No podemos permitirnos cerrar puertas mientras el PSOE se desangra por la izquierda», comenta un dirigente territorial que defiende una línea centrada y abierta.
Uno de los puntos más controvertidos es la relación con Vox. Mientras algunos cargos autonómicos y municipales defienden mantener los pactos donde ya gobiernan con el partido de Abascal, otros advierten del coste reputacional de normalizar alianzas con la extrema derecha. “Debemos tener una estrategia clara, no depender de lo que haga cada comunidad autónoma”, señala un exministro popular.
También se reaviva la discusión sobre la política interna del partido, especialmente en torno al modelo de primarias. Sectores críticos reclaman un mecanismo más participativo y transparente en la elección de líderes, mientras la actual dirección apuesta por preservar la estabilidad orgánica. “Las primarias no pueden ser una excepción ni un instrumento controlado desde arriba”, asegura un diputado que reclama más democracia interna.
En cuanto al aborto, el partido sigue sin cerrar una posición clara. Feijóo ha evitado posicionamientos tajantes, lo que ha generado inquietud tanto entre los sectores más liberales como entre los defensores de una postura más tradicional. El riesgo, según fuentes internas, es quedar atrapado entre dos aguas, sin convencer plenamente a ninguno de los dos bloques.
Con estas tensiones sobre la mesa, el cónclave se presenta como una prueba de liderazgo para Feijóo. A pesar de que ha logrado consolidarse como la figura central del partido, sus equilibrios entre las diferentes sensibilidades internas están cada vez más expuestos. «Este debate puede reforzar su posición o abrir una nueva etapa de cuestionamiento interno», resume un analista cercano a la dirección.
El resultado de este proceso marcará el rumbo del PP en un momento clave, con la vista puesta tanto en las próximas elecciones europeas como en el deterioro del Gobierno de Pedro Sánchez. Lo que está en juego no es solo una estrategia electoral, sino la identidad futura de uno de los principales partidos del país.
