El líder del PP reaparece en Cambados tras su ausencia en 2024 y lanza críticas al Gobierno de Sánchez entre metáforas, humor y reivindicación gallega.
Tras su ausencia en 2024 por motivos de salud, el presidente del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo, volvió este domingo a su tradicional cita con la Fiesta del Albariño de Cambados. Lo hizo como Gran Maestro del Capítulo Serenísimo, cargo que ostenta desde 2011, y aprovechó el evento para lanzar un discurso cargado de simbolismo, crítica política y referencias festivas.
En su intervención, Feijóo reclamó “menos espectáculo y menos teatro” para afrontar los “tiempos inciertos” que, a su juicio, atraviesa España bajo el Gobierno de Pedro Sánchez. Apostó por un cambio de rumbo en la política nacional, reclamando “más respeto y menos ruido”, “más acuerdos y menos cálculos” y “más trabajo serio”.
Desde la localidad gallega que lo vio ganar cuatro elecciones autonómicas por mayoría absoluta, Feijóo insistió en que “es posible” otra forma de hacer política. Prometió “intentar” contribuir a resolver los “muchos” retos que afronta el país y “corregir lo mucho que deja el Ejecutivo actual”.
Entre metáforas vinícolas y un tono distendido, el líder popular recordó su ya célebre frase de que “las vacaciones están sobrevaloradas”, que generó revuelo en redes sociales. A quienes no captaron la ironía, les aconsejó: “Tómate un albariño y descansa”.
Durante su discurso festivo, Feijóo comparó la estabilidad de la fiesta con la incertidumbre de la política estatal: “Aquí las coaliciones son muy sólidas, casi todo el mundo sabe el presupuesto que trae para la fiesta y no se prorroga el del año anterior”, afirmó, en clara alusión a la gestión económica del Gobierno.
Además, defendió la identidad gallega y el valor simbólico del albariño: “Es más que un vino, es una forma de estar en el mundo”, dijo. A su juicio, representa una Galicia “digna, elegante y fuerte”, y pidió trasladar esa actitud a la vida pública, con “trabajo bien hecho, sentido común y confianza”.
Feijóo también aprovechó para reivindicar una España “alegre y abierta”, lejos del “conflicto y la crispación”, y donde “todos quepamos, independientemente de lo que pensemos o a quién votemos”.
Ya en clave de humor, Feijóo bromeó con la posibilidad de dejar su cargo como Gran Maestro del Capítulo Serenísimo, pero aclaró que solo puede renunciarse por defunción: “Y no tengo ningún interés en hacerlo”, dijo entre risas. “Mientras siga con vida y con voz, seguiré viniendo a la Fiesta del Albariño de Cambados a brindar con todos vosotros”, concluyó.
