El Rey subraya la importancia de la democracia como una responsabilidad diaria y resalta el papel de España en el ámbito internacional frente a los desafíos globales.
Felipe VI clausuró este martes la conferencia anual de embajadores, donde los diplomáticos españoles acreditados en el extranjero repasan las claves de la política exterior del país. En su discurso final, el Rey hizo un fuerte llamado al respeto por la democracia, destacando que esta no es solo «la conquista de una ocasión histórica», sino «el fruto de una exigente y delicada labor diaria».
El monarca habló ante el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, y los más de 130 diplomáticos presentes, enfatizando que la democracia es «una responsabilidad que concierne a todos, autoridades y ciudadanos, de manera cotidiana, con acatamiento de sus normas y respeto a sus valores». Estos valores incluyen la tolerancia, el pluralismo, la separación de poderes, la transparencia y la rendición de cuentas.
Sus palabras resuenan en un contexto delicado para el Gobierno, que recientemente ha rechazado el auto del juez del Tribunal Supremo, Ángel Luis Hurtado, quien está investigando la filtración de datos sobre el novio de la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso. El juez ha señalado que la «Presidencia del Gobierno» utilizó la filtración con «una clara finalidad política». Este tema fue calificado como «elucubraciones» por parte del Ejecutivo, pero el proceso judicial sigue su curso.
En el plano internacional, Felipe VI destacó la importancia de defender el estado de derecho y alzar la voz contra las violaciones de los derechos humanos, sin importar su origen. Subrayó que esa es también una forma de cumplir con el compromiso democrático que debe guiar la actuación de España en el exterior.
Además de los desafíos internos, el Rey hizo referencia a la defensa y promoción del español, la segunda lengua materna del mundo, como una de las misiones clave para los embajadores españoles. Recordó que el idioma cuenta con 600 millones de hablantes y que debe ser protagonista en áreas como la justicia internacional, la ciencia y las tecnologías de la información.
Felipe VI también abordó la relación con Estados Unidos, mencionando la nueva legislatura de Donald Trump y la importancia de fortalecer los lazos bilaterales. En este sentido, destacó la ampliación de la presencia estadounidense en la base naval de Rota, como un indicio del reconocimiento de España como «aliado necesario», tanto en el marco de la OTAN como a nivel bilateral.
En su discurso, el Rey también hizo un repaso de los grandes desafíos globales, como las guerras, la pobreza extrema, el hambre y la emergencia climática, así como el creciente cuestionamiento de la democracia en varias partes del mundo. Subrayó la necesidad de que España siga promoviendo el «bien común» y lleve al mundo la imagen de un país «abierto, dinámico, emprendedor, tolerante, orgulloso de su Historia, sin negar sus capítulos oscuros, y de su presente», siempre comprometido con la paz y la palabra.