El sindicato de la Policía Local FeSP-UGT «denuncia una vez más la desastrosa desorganización que está viviendo la plantilla de la Policía Local por culpa de la nefasta gestión del Superintendente Jefe y del Director General de la Policía». FeSP UGT lamenta la gestión que se hace de los recursos humanos, la falta de recursos materiales, así como «la falta de planificación» que deja algunos servicios desatendidos
Según un comunicado remitido por FeSP-UGT, «la falta de gestión y planificación en el Cuerpo de la Policía Local ha llegado a límites inauditos, pudiendo afirmar que las alternativas llegan tarde y mal, ya que la previsión para la cobertura de determinados puestos, y su lenta tramitación burocrática hacen que duren demasiado tiempo». Un hecho que se traduce en la aparición de «problemas que llevamos denunciando internamente al menos un año, provocándose la desesperación en los funcionarios del Cuerpo que se encuentran desbordados ante estas situaciones que para los tiempos que corren son inadmisibles y provocan un notable perjuicio en los puestos de trabajo afectados y colateralmente en el resto de la plantilla».
Así, el sindicato denuncia que sus reivindicaciones y recomendaciones no solo no son atendidas, sino que «se han ignorado no obteniendo ninguna respuesta para dar una solución por lo que denunciamos la lamentable situación en la que se encuentra el Cuerpo por la evidente ineficacia del Superintendente Jefe.»
De este modo FeSP-UGT apunta que «en la gestión de los Recursos Humanos, y pese a tener una cobertura de plantilla que ningún jefe anteriormente ha tenido, hay servicios, como el Gabinete de Atestados, cerrados días enteros» lo que repercute en una sobrecarga de trabajo para el siguiente turno al que se le genera «una situación de desborde» y «de estrés inadmisible».
Igualmente, el sindicato denuncia que «la falta de planificación en la Central de Comunicaciones hace que la carga de trabajo en fin de semana recaiga sobre un solo funcionario, parcheando como siempre este problema con la presencia de un patrullero del ya mermado servicio de Unidad de Seguridad Ciudadana, sin la formación adecuada para gestionar las llamadas de emergencias a través del 112, con la responsabilidad que ello conlleva». En este sentido, desde la FeSP-UGT advierten que «la mala gestión de una llamada puede traer consigo consecuencias incluso judiciales para el compañero».
Otra queja del sindicato de Policía de la UGT es la falta de recursos materiales que «evidencia la desidia y dejadez de la Jefatura ante las necesidades básicas de la plantilla». «Actualmente los compañeros y compañeras carecen de todo tipo de vestuario y prendas de uniformidad, situación que se agravará con la llegada del invierno. Igualmente, venimos denunciado hace tiempo el estado lamentable de la flota de vehículos y motocicletas de la Jefatura. Los furgones de la UIR no son aptos para la prestación del servicio tal y como ha evidenciado el Servicio de Prevención de Riesgos Laborales, con promesas políticas que se van a renovar y que hasta la fecha y mucho nos tememos que hasta el año que viene como muy pronto no se incorporará algún vehículo. Desde finales del año pasado, no se están llevando a cabo controles tanto de velocidad alcoholemia y drogas, ya que los compañeros destinados a la Unidad de Metrología carecen de elementos como sonómetros, etilómetro evidencial y test de drogas, por otra dejación más de la Jefatura, teniendo a los compañeros de dicha unidad realizando labores distintas a las que tienen encomendadas» lamenta el sindicato.
Por último, la FeSP-UGT reprueba «el trato altivo, déspota y fuera de lugar dispensado en numerosas ocasiones por parte del Superintendente a los compañeros y compañeras, que supone una falta de respeto nunca vista antes por parte de ningún jefe anterior, y que mina la moral y desmotiva a una plantilla que no se ve apoyada por su propia Jefatura, por lo que desde el SPL-UGT exigimos al Gobierno de la Ciudad y más concretamente a la Consejería competente se tomen medidas drásticas y radicales para acabar con este caos de gestión del Superintendente Jefe y del Director General de la Policía».