Para reaccionar ante el espanto es preciso mirarlo a los ojos. El prólogo de ‘Fronteras’, escrito por Javier de Lucas, lo advierte. La lectura de este libro no nos dejará indiferente, entre otras cosas porque quienes lo han escrito han sabido poner nombre, rostro, imágenes, historias, a los datos de muerte y sufrimiento sobre migración que cada día publican los medios, consecuencia de unas fronteras que tienen que desaparecer y unos muros que tienen que caer.
En ‘Fronteras’, el segundo libro de la Colección Compromiso de Libros.com en colaboración con Fundación Bancaria La Caixa, cuatro periodistas especialistas en migración se unen para ver y mostrar “la otra parte de la frontera que no llegamos a ver”, explicó Antonio Rubio en la presentación del proyecto el pasado martes.
Dos de los autores, Javier Bauluz y Nicolás Castellano, participaron en el acto ante estudiantes de periodismo de la URJC. Junto a ellos, intervino Daniela Pastrana mediante vídeo, también autora del libro. En la mesa estuvieron además Lula Gómez, autora de ‘Mujeres al frente’, Patricia Simón, coautora de ‘Todas’ y Fabiola Barranco, que cubrió recientemente un rescate en un barco de Open Arms. Todas periodistas comprometidas con los derechos humanos de las personas que migran.
En un mundo cada vez más globalizado las fronteras nos separan. El dinero y las empresas pueden circular libremente, mientras que las personas no. Un pasaporte puede ser la llave que te abra todas las puertas o que te las cierre. Y el fortuito acto de nacer en un sitio o en otro condiciona nuestras vidas de manera irremediable. La legítima aspiración de buscar una vida mejor en otro lado es sinónimo en muchos casos de tener que enfrentar la violencia, el sufrimiento y hasta la muerte. Además, el sistema se ocupa de borrar huellas y nombres de quienes pierden su vida tratando de cruzar una frontera o atravesar un muro.
Javier Bauluz en su reportaje recorre a pie la ruta que siguen las personas refugiadas desde Grecia hasta Alemania. En la presentación afirmó que hacer periodismo es “acompañar a las personas, meterte en su mundo y ser invisible”. Esto choca con la tendencia general que siguen los medios de ofrecer una información “impersonal” de las migraciones, o de plantearlas como una “masa oscura y amenazadora”.
En 2018 se cumplieron treinta años del primer cadáver localizado en la orilla andaluza del Estrecho. Desde 1993, cuando se comienzan a contabilizar, 35.597 personas han perdido la vida intentando llegar a Europa. La artista colombiana Doris Salcedo quiso ponerles nombre en la exposición Palimpsesto, en el Palacio de Cristal. Del suelo del Palacio surgían gotas de agua que lentamente se unían hasta formar los nombres de hombres y mujeres que se han ahogado al intentar llegar a Europa en busca de una vida mejor. Pero cuando el periodista Nicolás Castellano visitó la exposición, alentado por las largas colas de visitantes, se decepcionó: “la gente no miraba el suelo, no leía los nombres, sino que se hacía selfies”. Es una escena que muestra la indiferencia, cuando no la complicidad, de una sociedad europea anestesiada y en peligrosa deriva hacia un cierre identitario.
El fracaso de las leyes y políticas de extranjería
A juicio de Nicolás Castellano las leyes de extranjería son un fracaso. “Nuestro trabajo como periodistas es relatar lo que pasa en nuestro tiempo de la mejor manera posible”, dijo en su intervención.
A través de vídeo, Daniela Pastrana explicó su trabajo en el libro. Cuenta la odisea que miles de personas viven para cruzar de México a Estados Unidos y el limbo legal en el que se encuentran muchas de ellas, como Yolanda Barona, que tras 16 años viviendo en EEUU, tienen prohibida de por vida la entrada a ese país, donde viven sus hijos. En ‘Fronteras’, Juan José Téllez pone nombre a las personas migrantes que llegan a España huyendo del hambre, de la guerra y del odio para encontrarse más hambre, más odio y más violaciones de los derechos humanos.
Patricia Simón acaba de llegar de Melilla, “un estado de no derecho”, un “laboratorio” de la aplicación de la ley de extranjería, de la militarización de las fronteras. Y también, un lugar en el que “se ve mejor cómo los migrantes son los que están jaqueando el sistema”. Muy recomendable su artículo en La Marea.
Patricia Simón criticó la hipocresía y el cinismo de Estados e instituciones. “El discurso de las mafias nos sirve para evitar la responsabilidad de los Estados”, explicó la periodista, “la gente recurre a las mafias porque es la única manera de hacer el trayecto y lograr cierta protección”, pero las mafias “son resultado de las políticas migratorias que se dictan desde Bruselas”.
En la misma línea, la autora de ‘Todas. Crónicas de la violencia contra las mujeres’, criticó que la lucha contra la trata con fines de explotación sexual se haya convertido en una “moda” que da lugar a seminarios, planes y declaraciones, pero “no se cuestionan las leyes de extranjería y las políticas que devuelven a las mujeres a los sitios donde son violentadas, que no protegen a las víctimas de trata y que encarcelan a aquellas que huyen buscando el derecho a una vida digna y sin violencia”.
Periodismo intencional
Cuando a Gloria Fuertes le preguntaron para qué servía la poesía dijo: “para que veas”, recordó Lula Gómez al defender un periodismo “intencional” y “comprometido”. La autora de ‘Mujeres al frente. La ley de las más nobles’ denunció que Melilla se haya convertido en un “laboratorio de ideas contra la migración”, con las concertinas, las devoluciones en caliente y el miedo.
Fabiola Pastrana definió el Mediterráneo como un “cementerio anónimo”. Un cementerio que mata 10 veces más que el muro de Trump. La periodista, que fue testiga del rescate de 311 personas frente a las costas de Libia a bordo de un barco de Open Arms, criticó que la labor de esta y otras organizaciones y personas que defienden la vida esté siendo obstaculizada por los Estados y unas políticas que atentan contra los derechos humanos.
“Son historias que agradezco conocer”, dijo Fabiola Pastrana, en referencia a las personas y situaciones que encuentra en su trabajo. Son muchas historias. No son números, nos son cifras. Son seres humanos. Eso es lo que ‘Fronteras’ reivindica. “Una historia te explica muchas veces la historia de miles”, dijo Javier Baulaz, uno de los mejores fotoperiodistas de denuncia. “Para ello hay que ir, ver, tocar y procurar volver vivo«. Se trata de construir otros relatos que ayuden a empatizar con esas personas que migran y que inviten a la defensa de los derechos humanos.
Puedes apoyar el proyecto de ‘Fronteras’ en esta web.