Periodistas internacionales denuncian la imposibilidad para grabar la valla de Melilla, construida con dinero europeo, y los obstáculos que encuentran para acceder a informaciones relacionadas con las fronteras y el control migratorio
¿Por qué el periodismo no investiga a la industria del control migratorio? Esta es la cuestión en la que ha intentado profundizar la segunda mesa redonda celebrada durante el Congreso de Periodismo de Migraciones de Mérida en la que han participado una serie de periodistas especializados y con larga experiencia de trabajo en las fronteras.
José Bautista, miembro de porCausa y moderador de esta mesa, ha trasladado el trabajo de investigación realizado desde la fundación con el que han detectado una lista de empresas que se enriquecen con las fronteras y su control, en muchos casos vinculadas a la extrema derecha, y que hay una tendencia a la externalización, ejemplo es la cantidad de millones a países como Marruecos para “que hagan el trabajo sucio”.
Steffen Lüdken (Der Spiegel), ha destacado que “es difícil” señalar a quienes se benefician de los movimientos migratorios por falta de tiempo, ya que implica una importante investigación, y porque no son historias, que es lo que llega a la gente.
Ignacio Cembrero, periodista especializado en el Magreb, dice que los primeros obstáculos vienen desde España, el Ministerio de Interior, y las muchas barreras que hay que para acceder a la información que no interesa a los Gobiernos. Marruecos y, especialmente, Argelia son países “opacos, donde no se puede trabajar como periodista” y solo puedes acceder a la información a través de asociaciones y organizaciones sociales.
Cembrero es el único periodista español espiado por Pegasus y destaca la “falta de reacción” que ha habido con este tema, en todos los casos que se han dado.
Maud Jullien (Lightshouse reports) también ha participado en la mesa compartiendo su experiencia en un medio internacional de apoyo a diferentes reporteros que se mueven por las fronteras.
Sara Creta (European Press Prize) es documentalista y fotoperiodista que destaca que el único sitio actualmente donde no dejan grabar es en la valla de Melilla, construida con dinero europeo. “Todas las imágenes de la valla son de lejos, esto crea tambien en la audiencia distancia, la idea de que son ‘ellos’”, además señala que “es imposible saber cuanto dinero ha gastado Francia en Libia, porque no tenemos acceso a toda la información”.
Presiones
“El lobby marroquí en España es poderoso y veo muchas historias que no se cuentan o se cuentan mal”, ha destacado Cembrero al ser preguntado por las presiones, que destaca que desde los medios para los que trabaja no ha tenido, pero que empezó a tener problemas cuando empezó a publicar sobre el Rey Mohamed VI.
Lüdken señala que han recibido cartas quejándose de su cobertura por parte de Frontex y otras entidades, pero el problema se produce en las fronteras cuando no les dejan trabajar. Creta también ha destacado el control de las empresas que financian a los medios, que en muchos casos impiden que se publiquen algunos temas. “En Marruecos es imposible hacer periodismo, los periodistas en la cárcel”.