Josep Borrell, el alto representante de la Unión Europea para la Política Exterior y de Seguridad, ha expresado su enorme frustración por no haber podido detener la masacre en Gaza. En una entrevista con RNE, Borrell destacó la presión que se debe ejercer sobre Israel para frenar la violencia.
Durante su reciente visita a Jordania, Borrell se reunió con organizaciones humanitarias que le informaron sobre la imposibilidad de suministrar ayuda a unas 250,000 personas en el norte de Gaza debido a las condiciones de seguridad. «No tenemos nada que ofrecerles», lamentó Borrell, reflejando la desesperación de los trabajadores humanitarios.
En cuanto a la situación en Líbano, Borrell señaló que la tregua con Israel es extremadamente frágil. «Israel se reserva el derecho a atacar con el respaldo de EE.UU.», subrayó, evidenciando la volatilidad de la región.
Además, Borrell expresó su preocupación por el deterioro de la situación en Ucrania. «Ucrania va a peor», afirmó, destacando la importancia de continuar apoyando a Kiev para evitar que quede vulnerable ante Rusia. Según Borrell, retirar la ayuda sería una solución rápida pero injusta.
El dirigente europeo también reflexionó sobre la pérdida de poder de Europa en el escenario mundial, señalando que representa solo el 5% de la población global. «Hemos perdido influencia frente a países africanos, latinoamericanos y del sudeste asiático», advirtió.
En su último día en el cargo, Borrell no ofreció recomendaciones a su sucesora, Kaja Kallas, quien asumirá como alta representante de la UE para la Política Exterior y de Seguridad. Sin embargo, celebró que Kallas planee visitar Ucrania en su primer día en el cargo, mostrando su compromiso con la situación en el este de Europa.
Borrell concluyó su intervención enfatizando la necesidad de que Europa se despierte y actúe con decisión en un mundo cada vez más complicado. «La guerra de Ucrania fue un despertar. Los tiempos son difíciles y la posición de Europa es frágil», concluyó.