A pesar de los avances en los derechos de la mujer, en pleno siglo XXI las desigualdades de género son un tema de debate necesario. La prostitución y la trata de mujeres son un fiel reflejo de la desigualdad entre ambos sexos y, además, un factor determinante en la exclusión de las mujeres en una sociedad no igualitaria.
Fundación Cruz Blanca apuesta por garantizar los derechos y mejorar la calidad de vida de las mismas a través de los servicios de acercamiento, meditación y sensibilización social, así como de incorporación social y laboral.
Consideramos que es necesario vivir en una sociedad más justa y solidaria, basada en valores de igualdad. Una sociedad en la que las relaciones entre hombres y mujeres se rijan por la equidad y el acceso igualitario a los derechos y oportunidades. En definitiva, desde esta entidad queremos una sociedad en la que cada uno/a pueda elegir su propia vida en función de sus intereses y deseos y no en función de su pertenencia a uno u otro sexo.
Sin embargo, la realidad en la que trabajamos cada día nos indica que las mujeres que ejercen prostitución están en una situación de vulnerabilidad extrema, expuestas a riesgos para su salud, tanto física como mental, expuestas a agresiones, robos, violaciones, sean o no víctimas de trata. Además, están excluidas del disfrute efectivo de muchos de los derechos que, como personas, les corresponden. La realidad que vemos cada día nos muestra que existe una relación muy estrecha entre prostitución y pobreza y exclusión social.
Bajo la visión de la Fundación en la intervención con las personas más vulnerables, estamos presentes en procesos de acogida, acompañamiento y transformación, creando vínculos de familia entre estas personas y el personal técnico, que conforman un equipo de profesionales con corazón, que trabajan desde el cariño, la ternura y la profesionalidad.
Por todo ello, manifestamos nuestro rechazo a todo tipo de violencias, en un día como hoy, 25 de noviembre, Día Internacional en Contra de la Violencia a las Mujeres.
En este año, tan marcado por la situación de la pandemia, queremos hacer más hincapié en un día tan señalado como el 25 de noviembre porque no queremos dejar a ninguna mujer atrás, ni olvidar a las que ya no están con nosotros/as.
Sabemos que se nos plantean muchos retos con esta nueva realidad de crisis que nos ha traído el Covid-19 y estamos preparados/as para afrontarlos teniendo siempre como guía el horizonte de la igualdad y la dignidad.