Así lo ha manifestado este martes en la Comisión Mixta de Relaciones con el Defensor del Pueblo, donde además ha afirmado que para una sociedad avanzada es un deber y un privilegio disponer de un mecanismo especializado que se adentre hasta los últimos ámbitos de los lugares de privación de libertad
El Defensor del Pueblo, Ángel Gabilondo, ha presentado este martes en la Comisión Mixta de Relaciones con el Defensor del Pueblo el informe anual que la institución elabora en su condición de Mecanismo Nacional de Prevención de la Tortura y otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanas y Degradantes (MNP), correspondiente al año 2021.
Durante su intervención, Ángel Gabilondo ha asegurado que “es bueno tener conciencia de que la mera existencia del MNP es ya un indicador cualificado de que nos encontramos en una sociedad comprometida con la prohibición de la tortura y otros malos tratos”.
Así, el Defensor del Pueblo ha afirmado que para una sociedad avanzada «es un deber y un privilegio disponer de un mecanismo especializado que se adentre hasta los últimos ámbitos de los lugares de privación de libertad y escuche en ellos a las personas privadas de libertad».
En este sentido, Ángel Gabilondo ha puesto en valor el trabajo realizado por el MNP y ha destacado que sus visitas muestran “una realidad muchas veces velada y que no siempre es fácil de explicitar”.
El pasado año se visitaron 72 lugares de privación de libertad, de corta (calabozos), media (centros de extranjeros) y larga duración (prisiones, centros de menores y sanitarios) en 14 comunidades autónomas y 24 provincias. Además, se realizaron 7 actuaciones no presenciales.
Todas estas visitas dieron lugar a 899 resoluciones dirigidas a diferentes administraciones. En concreto, se formularon 255 recomendaciones, 618 sugerencias y 26 recordatorios de deberes legales.
A lo largo de su exposición, el Defensor del Pueblo resaltó que el objetivo del MNP, en su labor preventiva, es minimizar al máximo el riesgo de que se produzcan tortura o malos tratos en los centros de privación de libertad.
“Con nuestro trabajo debemos facilitar la interlocución con los lugares de privación de libertad, de modo que vean al Mecanismo Nacional de Prevención como una fuente de referencia más que como un supervisor ocasional de sus instalaciones y procedimientos, logrando así instaurar una amplia cultura de transparencia en todos los poderes públicos que facilite la verificación de sus actividades en un campo tan delicado y exigente como es este”, apuntó Ángel Gabilondo.
El Defensor del Pueblo insistió en que son las personas privadas de libertad “quienes se encuentran en el centro de estos informes y en el trabajo que realizamos. Es en ellas y en su situación donde debe quedar verdaderamente reflejada la labor de esta institución”.