Gabriela Bravo, quien durante una década formó parte activa de la política valenciana, ha anunciado este martes su renuncia al escaño por el PSPV-PSOE y su dimisión como vicepresidenta segunda de las Cortes Valencianas. Con este paso, Bravo deja la política definitivamente para retomar su carrera como fiscal.
La noticia, adelantada por la Cadena Ser y confirmada por este medio, marca el cierre de un capítulo político que comenzó cuando el expresidente de la Generalitat Ximo Puig la incorporó a su gobierno como consejera de Justicia, Interior y Administración Pública en 2015. En una carta dirigida a la presidenta del parlamento autonómico, Llanos Massó, Bravo expresó: «Ha sido un honor formar parte de la casa de todos los valencianos y valencianas, el fundamento de nuestro autogobierno y el pilar de la política útil».
En un comunicado difundido en sus redes sociales, Bravo agradeció su tiempo en política y explicó su decisión de volver al ámbito judicial. «Después de una década en política, me marcho agradecida. Ahora, regreso al Ministerio Fiscal, donde, como siempre, defenderé el interés general y los derechos de los más vulnerables», afirmó. También subrayó que su compromiso con la sociedad valenciana será «más útil» desde la justicia.
Durante su trayectoria política, Bravo destacó por su papel en los gobiernos del Botànic (2015-2023), liderando iniciativas como la creación de la Unidad Valenciana de Emergencias, diseñada para centralizar efectivos de respuesta ante desastres. Sin embargo, la iniciativa fue eliminada por el nuevo gobierno del PP liderado por Carlos Mazón, que la calificó como un «chiringuito».
Bravo también enfrentó críticas por su gestión de Emergencias, especialmente tras el accidente del tren de Bejís, que se adentró en un incendio al no recibir advertencias claras de peligro por parte de la Generalitat.
Su carácter independiente la llevó a enfrentamientos internos en el seno del Botànic, siendo especialmente recordada su firmeza frente a la exvicepresidenta Mónica Oltra, a quien instó a abandonar el cargo tras su imputación con la contundente frase: «Aporta o aparta».
Con su renuncia, Bravo cierra «una etapa ilusionante» de casi diez años y regresa al Ministerio Fiscal con el compromiso de seguir luchando «por los valores democráticos y los derechos de los más vulnerables».