Debo reconocer y reconozco mi debilidad. Soy un gran apasionado a ver películas. Me las trago todas, sin distinción. Después diré: «vaya rollo». Una vez consumida hasta el final.
Lo primero que hice fue alertar al bueno de Paco, el portuario, sentado sobre churros, de la noticia, por si todavía no la conocía.
Al ser un encantador de gaviotas, el tío siempre está volando con ellas. Es capaz de diferenciarlas, de saber de dónde vienen y a dónde van. Si son de aquí o de allá (como suena la canción), y hasta es conocedor de sus historiales de vida laboral.
Como que ni Neil Diamond, con su Juan Salvador Gaviota.
La mayoría de los vivientes te hablan de fútbol. Del Madrid, del Barcelona. La conversación con Paco es cosa sabida. Amena, ilustrativa, pero, de lo mismo, para variar. Tan es así que las gaviotas del puerto, y esas que se quedaron a vivir en la playa del Tarajal, para siempre, nada más verme, me expresan su afecto por su cuidador. Son muy agradecidas.
Uno, al que le llenaron la cabeza de pájaros, ciertamente, no es el ave que más le guste. Dónde se ponga un buitre de García Aldave, que se quiten los gorriones. Aunque las gaviotas de Ceuta, por atacar, no sólo atacan los bocadillos de los niños, mientras desayunan en el colegio, como la pelí magnífica de “Los Pájaros”. También lo hacen sobre el pobre buitre leonado. Es que menudas son. Normal, si quieres sobrevivir en Ceuta. Bajas las alas, y te comen. Hasta Julio Iglesias advierte: “Vuela amigo, vuela alto, no seas gaviota en el mar, la gente tira a matar cuando volamos muy bajo”.
Pero, en general, un buitre impone. Un gorrión te gusta como amigo.
Con un gorrión no te respetan. Con un buitre, harina de otro costal.
Lo mismo si vas con un perrito, o con un perro grande, ande o no ande.
Se van a introducir en Ceuta, aves rapaces (no raperas cómo está el ambiente), para la caza o eliminación de las gaviotas. Controlar su superpoblación.
Bueno, que las palomas queden a salvo pues, por lo menos, simbolizan la paz.
Porque tampoco en número, no se podrán quejar.
Lo que quiero decir, es que el bueno de Paco, estará preocupado, una vez tenga oportuno conocimiento de la noticia, por lo que le vaya a pasar a sus queridas gaviotas.
Ahora bien, su interés es moco de pavo (otra ave), en comparación con mi puntual estado de ánimo.
Puedo presumir, pocos en Ceuta, de contar en mi vida con toda una ZEPA, Zona Especial Protección de Aves, y estoy con más temores que una película de miedo, que, también, tanto me gustan.
A los sustos de los malditos virus, debo añadir los nuevos que amenazan el horizonte negro de los humos negros de Ceuta.
Como se cuele de contrabando un pájaro exterminador en mi reserva vendetta de pájaros, me muero de tristeza, siguiendo la tradición de la mujer de piedra, la que se murió de aburrimiento, contemplando la matanza de las majestuosas ballenas de Benzú.