La actriz Genoveva Casanova ha revelado que sufrió un infarto pulmonar que la dejó al borde de la muerte, cambiando por completo su perspectiva sobre la vida. Esta experiencia, además, ha influido en su desempeño en el programa El Desafío, donde ha enfrentado retos con ciertas limitaciones.
Genoveva Casanova, conocida por su carrera actoral y sus participaciones en la televisión, ha compartido por primera vez el impactante problema de salud que enfrentó recientemente. En una entrevista, Casanova relató que sufrió un infarto pulmonar, una condición que casi le cuesta la vida y que le hizo replantearse muchas cosas.
«Estuve a media hora de irme», confesó la actriz, quien describió cómo el incidente le cambió radicalmente su forma de ver el mundo. «Cuando te enfrentas a algo tan serio, todo lo que creías importante pasa a un segundo plano. La salud se convierte en tu prioridad, y empiezas a valorar más los pequeños momentos», explicó Casanova con emotividad.
El infarto pulmonar, una condición que puede ser mortal si no se trata de inmediato, dejó a Casanova con ciertas limitaciones físicas. Estas restricciones han sido evidentes durante su participación en El Desafío, donde ha tenido que adaptarse a las pruebas y retos del programa con cuidado, para no poner en riesgo su salud. A pesar de estas dificultades, la actriz ha mostrado una gran determinación para seguir adelante y no dejarse vencer por el miedo.
«Cada reto en El Desafío ha sido un recordatorio de que estoy viva, y eso ya es un gran logro para mí», señaló. Su historia ha inspirado a muchos de sus seguidores, quienes han expresado su apoyo y admiración por su valentía al compartir un momento tan personal y difícil de su vida.
El testimonio de Genoveva Casanova se suma a la lista de figuras públicas que han hablado abiertamente sobre sus problemas de salud, ayudando a visibilizar la importancia de cuidar el bienestar físico y mental. Su experiencia, aunque traumática, le ha dado una nueva perspectiva que ahora busca compartir con los demás, alentando a todos a valorar la vida y a no subestimar los signos de alerta que el cuerpo pueda dar.