Recibió el disparo de un soldado en su primer día de trabajo para una emisora local en una zona cercana al campo de personas refugiadas de Al-Arub
La semana pasada el ejército israelí daba muerte de un disparo a la periodista palestina Ghofran Warasnah, que acudía a su trabajo, cerca de Belén, y argumentaba que ella intentaba “apuñalar a un soldado”.
Ghofran Warasnah, de 31 años, fue abatida por los soldados cerca del campo de personas refugiadas de Al-Arub, al norte de la ciudad palestina ocupada de Al-Jalil. Según el ejército, supuestamente, la víctima llevaba un cuchillo en las manos e intentaba avanzar hacia un soldado que estaba en un puesto de control. Lo que ha sido desmentido por algunos testigos de los hechos.
Además, la Media Luna Roja ha denunciado que los soldados impidieron durante veinte minutos a los servicios médicos acercarse para atender a la víctima y cuando, finalmente, la llevaron al hospital, había perdido mucha sangre y no pudieron salvar su vida.
Cientos de personas han asistido al funeral de la joven periodista. Una vez más, como sucediera en el funeral de la periodista Shireen Abu Aklenh, que también fue asesinada de un disparo en la cabeza, el pasado 11 de mayo, el ejército ha atacado a las personas que acudieron a despedirla.
Ghofran Warasnah había estado presa durante tres meses tras ser detenida mientras ejercía su labor como periodista y había sido liberada el pasado abril.