De forma velada, eso sí, y a través de su gabinete de prensa, al Gobierno de la Ciudad no le ha quedado más remedio que entonar el mea culpa y dar explicaciones por las caídas ocurridas en la calle Jáudenes durante la semana pasada.
Aseguran desde la Ciudad que estos accidentes son fruto del carácter «provisional» de la apertura de calle Jáudenes para que la Semana Santa pudiese transitar por ella. Asimismo, explican que «los problemas que de ella puedan derivar cesarán cuando trabajos como el pintado de la señalización horizontal, la colocación de la vertical y la disposición del mobiliario y otros elementos urbanos estén listos. De esa manera quedará perfectamente delimitado cada espacio, como los reservados a los contenedores, las zonas de carga y descarga, los vados para acceso de vehículos y los pasos de peatones».
De hecho, en una de las zonas de calle Jáudenes donde se produjo la peor de las caídas (acabó con un ingreso hospitalario por fractura ósea) el Gobierno de la Ciudad ha colocado vallas para evitar nuevos accidentes y «delimitar la zona de paso de peatones mientras continúen los trabajos».