Este pasado 10 de enero se ha cumplido el 85 aniversario del fusalimiento de los ocho escoltas que trataron de proteger al alcalde Antonio López Sánchez-Prado cuando las tropas del general Yagüe ocuparon la ciudad
El golpe de Estado de 1936 que marcó el inicio de la Guerra Civil española comenzó en Ceuta. El 17 de julio de 1936 las tropas del general Yagüe tomaron la ciudad y al día siguiente, el alcalde, Antonio López Sánchez-Prado fue detenido. Sería fusilado el 5 de septiembre en la playa del Tarajal junto a Adolfo de la Torre, Ángel Guijo y Fidel Vélez. A continuación, el bando golpista puso en su punto de mira a Juan Salvo Pastor; Julio Pardo Izaurriaga; Prudencio González Martin; Enrique Caliani Rodríguez; Cecilio Fernández García; Joaquín García Sánchez; y Víctor Sánchez Sánchez, los escoltas del alcalde. Pasados dos años desde el asesinato de Sánchez Prado, sus protectores personales corrieron la misma suerte: fueron asesinados por un pelotón de fusilamiento.
El secretario general de UGT en Ceuta, Juan Carlos Pérez, señalaba que con este «sencillo, pero no menos importante, homenaje»con motivo del 85 aniversario del fusilamiento de los escoltas de Sánchez-Prado. «Hoy día es muy importante la unión de todos los demócratas ante lo que estamos viendo en Estados Unidos y en todos lados. La extrema derecha está empeñada en el no reconocimiento de la legitimidad de los gobiernos establecidos por las urnas, por lo que el pueblo quiere», ha declarado Pérez.
«Es muy importante el acto de hoy porque el acalde Sánchez-Prado que fue elegido democráticamente por el pueblo y la República fue quitada a través de un golpe de estado por un golpista como fue Francisco Franco. Es un acto importante para reforzar la democracia y a aquellos demócratas que nos sentimos en defensa de nuestros derechos y de las libertades que hemos conseguido a lo largo de estos años. Y hoy, que estamos en una pandemia, y que la lucha tiene que ser conjunta y común a todos los partidos demócratas, es más importante que nunca», ha señalado el ugetista.
El testimonio de un hijo que acudió al juicio que sentenció a su padre
Alfonso González, hijo de Prudencio González, uno de los escoltas personales de Sánchez-Prado ha estado presente en el homenaje. “Asistí al consejo sumarísimo que le hicieron a mi padre en el cuartel de Sanidad, donde mi madre se arrodilló ante un coronel para pedir clemencia por mi padre. El señor coronel llamó a dos guardias civiles que había en la puerta, que no tendrían culpa los hombres estaban cumpliendo con su obligación allí, ‘¡Oiga, guardias, echad a estos rojos a la calle’!. Rojos, que luego fuimos parte del ejército de España”, ha recordado con cierta emoción.
“Pasamos mucha hambre, vivíamos en una casas municipales en el Morro y nos echaron a la calle. Cuando yo venía del colegio me encontré el somier y los colchones en la calle. Gracias a D. Rafael Orozco –porque hay que decir la verdad- que era el interventor de los fondos del ayuntamiento, nos puso en un comedor que teníamos que subir desde el Príncipe hasta el Morro, pero por lo menos comíamos algo”, ha contado González, que, además, explicaba como tenía que ingeniárselas para que una persona adulta de la calle entrase con él en el autobús y así no tener que pagar billete.
Por último, el hijo de Prudencio González ha querido enfatizar que a su padre «lo fusilaron junto a siete compañeros más por ir a defender al alcalde elegido por el pueblo» y el secretario general de UGT ha lamentado que «parece mentira» que, conociendo la historia, la extrema derecha esté experimentando un auge en todo el mundo.