Las jornadas de periodismo y discurso de odio «Migremos hacia un periodismo ético» organizadas por Migrantes en Igualdad de la Fundación Márgenes y vínculos han centrado su segunda mesa redonda en el antirracismo y qué papel deben jugar los medios de comunicación para combatir los discursos de odio y el racismo, llegando a diversas conclusiones entre las que se encuentran cambiar el discurso y crear nuevas narrativas
La mesa, formada por Souad Loukili, fotógrafa; Gonzalo Testa, periodista de Ceutaldia.com y elDiario.es, Ramsés Mohamed Azumik, voluntario de Elin y Okba Al Zobani, periodista y fotógrafo en Baynana, primer medio en España fundado por personas refugiadas ha debatido sobre el papel que deben ejercer los medios de comunicación, con especial énfasis en los medios locales, frente al racismo, los discursos de odio, la militancia antirracista, la generación de interés informativo, el mostrar que España no es «solo blanca» o cuáles son los límites entre libertad de expresión y los discursos de odio.
La moderadora de la mesa, Leticia Blanco, educadora social del proyecto Migrantes en Igualdad, ha introducido la mesa recordando que «estamos en una zona caracterizada por su diversidad étnico–cultural y eso se nota en las calles. Ceuta es conocida como la ciudad de las cuatro culturas, sin embargo, esta convivencia se ve tensionada por un momento de polarización social y un incremento de discursos de odio que revitalizan un racismo sin complejos que, siendo minoritario, ha adquirido mucha repercusión». En este sentido se ha preguntado a los participantes qué papel deben ejercer los medios de comunicación, en especial los locales, frente al racismo y los discursos de odio en este contexto, que han señalado que hay que reflexionar en cómo crear una narrativa antirracista.
En el primer debate se ha apuntado que los medios de comunicación son uno de los principales agentes de socialización y tienen «gran relevancia a la hora de crear opinión pública, de este modo, los medios responden a ese derecho público que es la información veraz», además se ha alegado a la creación de una «opinión crítica, comunitaria, participativa y democrática«. También se ha criticado que en realidad «los medios de comunicación que dan cabida a un discurso de odio, responde a los intereses de los dueños de los medios de comunicación» y ha recordado que hay un «auge del periodismo ultraderechista local«.
Por su parte, el periodista sirio Okba Al Zobani, ha explicado que en Baynana hacen periodismo que habla de historias de personas migrantes que han tenido éxito, «esto es importante porque los medios de comunicación tradicionales se dedican a hablar de nosotros, siempre para vincularnos con temas negativos y necesitamos crear otro tipo de narrativas, que además son en primera persona«. Algo que además, hacen sin dejar de hablar de los problemas y dificultades del día a día y que son consecuencia del racismo, «estamos hablando de los problemas que viven los migrantes y refugiados en los trámites burocráticos, el acoso policial, las dificultades para que la gente nos alquile viviendas, para encontrar trabajo… y por supuesto, la violencia sobre nosotros en los países a los que Europa paga para que hagan su trabajo sucio: Libia, Grecia, Marruecos y Turquía».
Llegado el segundo tema, sobre la militancia antirracista, Blanco ha recordado que «el asesinato de George Floyd en EEUU, y la de casos similares, abrieron informativos y generó una importante cobertura. Unas informaciones que además explicaban claramente el acontecimiento en clave de discriminación racial. Sin embargo, aquí pareciera que la atención mediática es más difusa ante otros hechos locales como los presuntos suicidios del joven marroquí Imad Eraffali y del chico gitano Daniel Jiménez en los calabozos de la policía de Algeciras, que han recibido denuncias por irregularidades desde asociaciones proderechos humanos o el sí más cubierto caso de El Tarajal en Ceuta. Parece que tampoco se ha dado en los mismos términos», ha enunciado y ha preguntado a los participantes si se puede el periodismo hacer militancia antirracista.
En este sentido, el periodista Gonzalo Testa ha sido tajante al señalar que «es evidente que se debe hacer militancia antirracista, y esto no quiere decir que se pierda la imparcialidad ni nada parecido». Sobre la crudeza de las imágenes que se muestran en prensa, Ramsés Mohamed, ha cogido el guante de la primera mesa en la que e ha hablado sobre el trato ético de las informaciones periodistas relativas a las migraciones, y ha señalado que las imágenes muy impactantes ayudan, pero que hay que tener cuidado con «faltar a su dignidad como persona», asegurando que se «genera una empatía poco duradera». Además, ha apelado a que se analicen «los problemas desde el origen entender la globalidad del problema es lo que nos puede ayudar a resolver los problemas a nivel local. Ceuta es una ciudad de paso, fronteriza, y seguimos hablando del fenómeno como una emergencia».
Okba Al Zobani ha hecho un llamamiento a los medios: «deberían hacer tratamientos de cuestiones que tienen que ver con las personas migrantes y con las personas racializadas desde un enfoque más humano, que no se base en la sospecha ni en criminalizar, que no reproduzca estereotipos, prejuicios, porque eso acaba en la opinión general de la sociedad». Sobre el papel de los medios frente al racismo, Souad Loakiki, fotógrafa, dice que los medios “deben servir para proteger a ls personas”.
Cuando se ha preguntado sobre cómo hacer un periodismo para entender que España no es (solo) blanca, Loukili ha sedo clara: “para empezar, que las caras de los informativos no sean solo blancas”; mientras que Al Zobani ha señalado en esta misma línea que «se tiene que dar espacio a las personas migrantes y racializadas. Porque España no es un país blanco, es un país con mucha diversidad y esto no se refleja en los medios de comunicación de hoy. Y no se trata de dar espacio solo como víctimas o verdugos, porque en los medios de comunicación normalmente nos hacen ver como personas que sufren o como criminales, sino como personas luchadoras, como parte de la sociedad».
En cuanto a que las redacciones de los medios de comunicación «son blancas» en Ceuta, al igual que en otros medios a nivel nacional, Testa ha detallado que «en el caso de Ceuta hay una explicación socioeconómica y educativa, que poco a poco va cambiando para que haya muchos ceutíes que no sean blancos que hayan querido estudiar».
En lo relativo a la creación de medios interculturales y una sociedad crítica, Testa ha apuntado que «es difícil cortar los discursos de odio cuando salen de instituciones o agentes políticos, que tienen una gran representación parlamentaria, hay que en cada noticia contextualizarla o rebatirla, no simplemente cortar y copiar para hacerlo cómodo».
Sobre la libertad de expresión y sus límites, Loakiki ha remarcado que «no se puede utilizar la libertad de expresión para seguir aplastando a los mismos de siempre», mientras que Al Zobani ha puntualizado que «los límites de la libertad de expresión son aquellos que ayudan a la vulneración de los derechos humanos. Por lo tanto, nunca puede ser una barrera para hacer un periodismo objetivo, porque el periodismo persigue hacer un mundo mejor. El periodismo es la solución a los discursos de odio, cuando dicen que los migrantes robamos más, el periodismo está ahí para desmentirlo, pero también para cambiar el foco y visibilizar la situación de los migrantes, no permitir que nuestro trabajo sea una respuesta a quienes quieren usar el periodismo para hacer un mundo peor».