La fractura entre Podemos y Sumar ha entrado en una fase de enfrentamiento abierto, marcada por acusaciones cruzadas, marginaciones internas y una cada vez más improbable reunificación. La última señal de esta escalada de tensión ha sido la decisión de la líder de Podemos, Ione Belarra, de dejar fuera a Yolanda Díaz de una posible candidatura conjunta, lo que ha sido interpretado como un intento claro de empujar a la vicepresidenta hacia el PSOE.
Fuentes cercanas a la dirección de Podemos sostienen que Irene Montero, actual portavoz del partido, ha rechazado cualquier integración de Díaz bajo una lista única, sugiriendo en cambio que se incorpore directamente a las listas del presidente Pedro Sánchez. Esta exclusión explícita acentúa las diferencias estratégicas y personales entre ambas formaciones, que comparten espacio político pero no proyecto común.
A este clima de hostilidad se suma la publicación de un nuevo libro de Pablo Iglesias, exlíder de Podemos, en el que lanza duras críticas contra Yolanda Díaz. El contenido del libro, del que ya se han filtrado fragmentos, se considera un nuevo golpe a la posibilidad de recomposición del espacio a la izquierda del PSOE. Iglesias acusa a Díaz de «traicionar el proyecto original» y de actuar como una «marioneta del sistema», en un tono que refleja el profundo resentimiento con el que se ha roto la relación entre ambos sectores.
Además, desde Podemos se denuncia la existencia de un «bulo» impulsado desde entornos cercanos a Sumar, que habría buscado desacreditar a figuras del partido morado, aunque por el momento no se han ofrecido detalles concretos sobre el contenido o el origen de dicha campaña.
Con este escenario, las esperanzas de una candidatura unitaria de la izquierda alternativa para las próximas elecciones parecen cada vez más lejanas. El electorado progresista observa con preocupación una guerra fratricida que amenaza con debilitar aún más su representación institucional.
