En un acto inmenso de cinismo las agencias de subrogación, que ya no niegan o ignoran, como hace unos años, todo el tema del vínculo materno-fetal que se va desarrollando desde el inicio del embarazo, han desarrollado unas guías para la “transferencia del bebé subrogado”.
Llaman “transferencia” al momento preciso en el que el bebé es separado de la única madre que conoce y entregado a sus compradores, al momento en el que culmina el contrato de compraventa de un bebé humano.
En estas guías se ofrecen consejos para que los compradores no solo reciban de la mujer a su bebé recién nacido, sino también, el vínculo y el apego materno infantil, como si tal cosa fuera posible. A esto lo denominan “transferencia emocional” y afirman que es de gran importancia para la salud del bebé.
Para profundizar en el tema del vínculo materno fetal, os recomiendo las siguientes lecturas:
- Si quieres ser padre o madre por gestación subrogada necesitas esta información
- Entrevista a Miriam Al Adib: “Si profundizamos un poco en cómo la naturaleza va sincronizando a la madre y al bebé durante el embarazo preparándolos para el vínculo, entenderemos por qué la mujer que gesta realmente es la madre del bebé.”
- Las secuelas psicológicas para el bebé en la gestación subrogada
Resulta repugnante que quienes orquestan un negocio que se sustenta en la desvinculación legal, psicológica, emocional y física de una madre y su criatura, insistan en enfocarse en las necesidades del bebé al que están infligiendo toda esta violencia y usurpación de derechos humanos.
Les dicen a los compradores que puesto que el bebé se ha pasado nueve meses escuchando a su “gestante” y familiarizándose con ella, es importante que sepan que su bebé nacerá con un apego natural a la madre y que es completamente normal que el bebé no se vincule de inmediato con los “futuros padres”, aunque esta vinculación, aseguran, es crucial y posible. ¿Cómo? Pues según ellos siguiendo una serie de consejos.
Involucrarse en el embarazo: Aconsejan si es posible, asistir a las citas con el médico, a clases de preparación al parto y cuidados del bebé, preparar la habitación de la criatura o organizar una fiesta de nacimiento con la familia y amigos.
Hablar con el bebé: Como los bebés son capaces de reconocer la voz de su madre, sugieren a los compradores que graben audios cantando o leyendo cuentos para que la “carrying parent” algo así como “madre portadora”, ponga estos audios al bebé a través de su barriga a fin de que este se familiarice con la voz de sus futuros padres. La madre “sustituta” también puede ayudar poniéndole al bebé alguna música que le guste a los compradores y que será familiar para el bebé cuando esté con ellos.
Proporcionar un objeto de transición: Sugieren que las madres duerman con un osito de peluche o una mantita, para que se impregne de su olor; este objeto se irá con el bebé para que pueda mantener cerca ese olor familiar de su madre mientras hace la transición a la vida en su nuevo hogar.
Confirmar los sentidos del bebé: Explican que el momento del nacimiento es crucial y que cuando el bebé nace necesita confirmar su sentido del olfato, del tacto y del oído y solo puede conseguirlo si está en contacto con la madre sustituta.
En realidad lo que el bebé necesita confirmar es que está con su madre, que es la que acaba de parirlo. Las clínicas de subrogación no hacen más que hacerse eco, de manera superficial, de algunas de las recomendaciones de la OMS y de los protocolos de atención al parto normal o humanizado que recomiendan encarecidamente no separar al recién nacido de su madre y hacer piel con piel.
Sin embargo, la separación del bebé y su madre es el objetivo final del contrato de subrogación y se producirá poco después. En las guías para la transferencia se aconseja a los compradores que lo mejor para la criatura es tener paciencia y que el bebé pueda ser colocado en el pecho de la madre “sustituta” nada más nacer, precisamente para evitar ese estrés tan perjudicial para la salud del recién nacido.La Dra. Ibone Olza explica que la separación del bebé de su madre provoca en el recién nacido un estrés neurotóxico, el bebé sufre, llora, y libera altas dosis de cortisol que pueden dañar su sistema nervioso. Que “la hormona protagonista durante el parto y el momento justo después del nacimiento sea el cortisol, en lugar de la oxitocina, tiene implicaciones muy negativas en la salud del tándem madre-bebé” afirma la Dra. Miriam Al Adib, “ya que no se producirán los cambios necesarios en las vías neuronales de ambos, y como consecuencia de esto se dificultará el vínculo, y aumentará las probabilidades de depresión postparto y dificultades en la lactancia en la madre; y en el bebé se producirían cambios epigenéticos en el eje HHA produciéndose fallas que harán que estos bebés tengan peor manejo del cortisol, y por tanto del estrés, pudiendo permanecer esto en su vida adulta”.
En las guías también advierten que si la madre “sustituta” no está emocionalmente preparada para sostener al bebé, podría, al menos, tocarle las manos y los pies, para confirmarle al bebé que ella está ahí, que está todo bien. Esto es dolorosísimo y evidencia que hay madres que no podrán enfrentarse a este momento y prefieren que se lleven a la criatura cuanto antes.
La entrega del bebé: Una vez que el bebé ha nacido, aconsejan precisamente, que en la medida de lo posible, sea la propia madre quien entregue el recién nacido a los compradores, completando así la transferencia de la criatura. Personalmente no puedo imaginar mayor dolor. Es una situación tan perversa. Escenifica la entrega supuestamente voluntaria del bebé por parte de la mujer e implica un descargo de responsabilidad para todos los actores implicados en la explotación reproductiva de la mujer: doctores y personal sanitario, agentes intermediarios, compradores etc. La entrega del bebé a los compradores por parte de su madre da a entender que la mujer, libremente, accede a prestarse a ser madre de alquiler, libremente consiente las condiciones del contrato, libremente es sometida a un tratamiento de fertilidad durísimo, libremente gesta a un bebé, libremente cede su derecho de filiación, pone distancia, se desconecta y, libremente lo entrega a sus compradores. El contexto de la práctica desaparece. No hay clínicas de fertilidad, ni agencias intermediarias, ni abogados, ni un negocio multimillonario edificado en la situación de vulnerabilidad y precariedad económica, psicológica y social en la que nos pone a las mujeres el patriarcado, solo hay un “ángel” generoso, una mujer libre entregando un bebé a sus padres quienes finalmente, tras mucho sufrimiento, cumplen su mayor deseo.
En el documental “My American Surrogate” de Leslie Tai, podemos presenciar un parto subrogado y como se produce la transferencia del recién nacido. Los últimos cinco minutos del documental, que he extraído en el vídeo que os comparto, muestran la realidad de esta práctica en toda su crudeza y violencia, el momento en que la mujer da a luz entre fotos y ánimos del personal sanitario y los compradores, el momento en el que el bebé es puesto sobre su madre y posteriormente es arrancado de ella y entregado a la compradora para hacer piel con piel; el bebé rompiendo a llorar cuando lo separan de la única madre que reconocey la imagen final de la madre “sustituta” sosteniendo y mirando a su bebé antes de entregarlo definitivamente.
Son imágenes muy violentas y pueden herir la sensibilidad de las personas que estamos comprometidas con los Derechos Humanos de las mujeres y los bebés.