Según la Organización Mundial de la Salud, siendo «optimistas, pero realistas al mismo tiempo», hasta el segundo o tercer trimestre de 2021 no comenzarán a distribuirse dosis de las futuras vacunas contra el SARS-CoV-2. La buena noticia es que de las más de 30 vacunas candidatas «varias podrían probar ser seguras y efectivas»
Actualmente hay más de 30 vacunas contra el SARS-CoV-2, virus causante de la COVID-19, que se encuentran en proceso de «testeo«, y nueve de ellas están en la última etapa de ensayos clínicos, por lo que aportarían resultados a finales de este año o a comienzos del próximo. Sin embargo, la Organización Mundial de la Salud (OMS) advierte que, una vez se pruebe una vacuna segura y efectiva, el mayor reto es la producción de miles de millones de dosis y su distribución a los países.
La científica jefe de la OMS, Soumya Swaminathan, ha señalado que una vez se obtengan resultados concluyentes y definitivos «habría que ampliar la fabricación para producir cientos de miles de dosis que se van a necesitar. De hecho, el mundo va a necesitar miles de millones y eso va a tomar tiempo de producir. Así que hay que ser optimista, pero realista al mismo tiempo. Hablando de manera realista a mediados de 2021, tal vez el segundo o tercer trimestre, es cuando vamos a ver dosis que comienzan a llegar a los países para que comiencen a inmunizar a sus poblaciones».
La buena noticia es que de las más de 30 vacunas candidatas son varias las que podrían probar su eficacia. «Sabemos que normalmente en el desarrollo de vacunas se espera que un 10% de esos ensayos sean exitosos, entonces tener muchas candidatas en etapas de testeo nos da esperanza de que varias podrían probar ser seguras y efectivas», ha afirmado Swaminathan.
Desde la OMS se ha puesto en marcha la iniciativa COVAX, una especie de coalición de, por ahora, 78 países destinada a garantizar un acceso equitativo de todos los países a dosis de la/s vacuna/s cuando estén disponibles. “Es importante que las personas que más las necesitan las reciban, sin importar en qué país estén. No tiene sentido que un país vacune a su población entera y que otros se queden esperando. Esto es lo que queremos conseguir con COVAX, si las vacunas llegan antes mejor, pero con certeza para mediados de 2021 deberíamos estar viendo que lleguen a los países y poblaciones”, ha explicado la científica jefe de la OMS.
Las vacunas deben ser un bien público según la OMS
El director de la OMS, Tedros Adhanmom ha respaldado las palabras de la doctora Swaminathan. “Queremos que todo el mundo tenga acceso a las vacunas, pero inicialmente, cuando la oferta es limitada, se debe dar prioridad a los trabajadores esenciales y a los que están en mayor riesgo, incluidas las personas mayores y las personas con afecciones subyacentes. En otras palabras, la prioridad debe ser vacunar a algunas personas en todos los países, en lugar de a todas las personas en algunos países”.
Adhanamon ha apuntado que además de las cuestiones morales y sanitarias también están las económicas en este planteamiento: “En un mundo interconectado, si las personas de países de ingresos bajos y medianos no reciben las vacunas, el virus seguirá matando y la recuperación económica a nivel mundial se retrasará. Por lo tanto, el uso de las vacunas como un bien público mundial es de interés nacional para todos y cada uno de los países. El nacionalismo de las vacunas prolongará la pandemia, no la acortará”.
No quedarse de brazos cruzados esperando a la vacuna
La doctora María Van Kerkhove, que encabeza el Programa de Emergencias Sanitarias de la OMS, ha insistido en que, aunque la vacuna aún esté en desarrollo, hay mucho por hacer mientras tanto. “Hay muchos pasos que como individuos podemos tomar para protegernos del contagio, minimizar la exposición y manejar el riesgo. Esto tiene mucho que ver con cómo manejamos nuestra vida diaria, y todos queremos volver a la vida normal y a lo que era, pero tenemos que considerar decisiones sobre cómo hacemos esto, por ejemplo para ir al trabajo, si tenemos que utilizar mascarilla cuando no podemos guardar la distancia, así como aplicar la etiqueta respiratoria al toser y estornudar, y evitar los lugares abarrotados, cerrados y con poca ventilación”, ha destacado, resaltando que no se trata de quedarse de brazos cruzados esperando una “fórmula mágica” que lo solucione todo.
Obesidad, diabetes y otras enfermedades no transmisibles como factores de riesgo
Según la OMS, enferdemades como la diabetes, la obesidad, ciertos tipos de cáncer o el tabaquismo, aumentan la vulnerabilidad ante la COVID-19 y la probabilidad de la aparición de síntomas graves incluso entre personas jóvenes.
“Se ha descubierto que las probabilidades de padecer un episodio de COVID-19 grave son hasta siete veces más altas en pacientes con obesidad; se ha descubierto que los fumadores tienen una vez y media más de probabilidades de tener complicaciones graves; y una revisión sistemática ha demostrado que las personas con diabetes tienen entre 2 y 4 veces más probabilidades de tener síntomas graves o morir a causa del COVID-19”,ha informado Tedros Adhanom.
En este sentido, la OMS ha querido recordar que muchos países se están quedando atrás en sus compromisos mundiales para abordar las muertes por enfermedades crónicas como la diabetes, el cáncer de pulmón y enfermedades cardíacas, tal y como asegura un informe de la Organización publicado el 4 de septiembre de este año.
Así, según el informe de la OMS, entre los países de ingresos altos, solo Dinamarca, Luxemburgo, Nueva Zelanda, Noruega, Singapur y Corea del Sur están en camino de cumplir la meta de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU que busca reducir en un tercio la mortalidad por enfermedades no transmisibles.