Fatima Hamed, líder del MDyC ha anunciado en sus redes sociales que los localistas han propuesta a Radio Televisión Ceuta que incluya «programación social e infantil, además de la de contenido religioso, también en español, durante el mes de Ramadán para que toda Ceuta se impregne de nuestra diversidad».»
El Movimiento por la Dignidad y la Ciudadanía (MDyC) ha propuesto a Radio Televisión Ceuta (RTVCE) que durante el mes de Ramadán incluya, además del contenido religioso, programación «social e infantil«, tal y como ha a anunciado la líder de la formación localista, Fatima Hamed, en sus redes sociales.
Ramadán en tiempos de pandemia
Como cada año, decenas de miles de personas en Ceuta aguardan con ilusión el inicio del mes de Ramadán: unas porque son de confesión musulmana y este es el mes más importante del año para ellas y otras porque, igualmente, no entenderían un ciclo de doce meses en Ceuta sin que uno de ellos fuese el del ayuno, aunque no lo practiquen. Sin embargo, no se puede obviar que el Ramadán de 2020, por desgracia para todas, será distinto. A una semana -día arriba, día abajo- de que dé comienzo, el país sigue bajo el estado de alarma y las previsiones apuntan a que así seguirá, al menos, hasta mediado de mayo.
En el mejor de los casos, se podría empezar a salir cuando el mes de Ramadán estuviese justo en su ecuador, pero seguirían existiendo restricciones severas con respecto al intercambio social en espacios públicos. En otras palabras, incluso en el escenario más optimista, este año no podremos disfrutar de las estampas habituales que nos deja el Ramadán con calles llenas de vida hasta altas horas de la madrugada y muchas familias se verán obligadas a tirar de videoconferencia para romper el ayuno junto a sus seres queridos.
Una Semana Santa atípica
Una festividad religiosa que ya ha sufrido las consecuencias de la pandemia ha sido la Semana Santa. Celebrada durante la etapa más dura del confinamiento, para los/as critianos/as ha sido duro pasar del Domingo de Ramos al de Resurrección sin ver una sola levantá, sin escuchar un redoble de tambor, sin oler el incienso… Este año no ha habido traslado del Medinaceli, no hay foto del Cautivo desfilando frente a la mezquita de Sidi Embarek; el Nazareno y la Esperanza no han podido escuchar a su pueblo cantarle saetas ni a los legionarios dedicarles «El novio de la muerte» y la madrugá fue más silenciosa que nunca.