El vicepresidente de China, Han Zheng, ha llegado a Washington para asistir a la toma de posesión de Donald Trump como presidente de los Estados Unidos, representando al presidente chino Xi Jinping. En un movimiento que busca mejorar las tensas relaciones entre ambas potencias, Han se ha reunido este domingo con J.D. Vance, próximo vicepresidente de la Administración Trump, y con el empresario Elon Musk.
Un Gesto Diplomático
La presencia de Han en la investidura es vista como un gesto simbólico por parte de Pekín, reflejando su disposición a fortalecer los lazos diplomáticos con Estados Unidos. Según la agencia estatal Xinhua, Trump y Xi mantuvieron una conversación telefónica reciente donde alcanzaron «consensos importantes» sobre el desarrollo de sus relaciones bilaterales.
Han expresó que China está dispuesta a trabajar con EE.UU. para adherirse a los principios de respeto mutuo y cooperación de beneficio mutuo. «Podremos lograr éxito mutuo, beneficiar a ambos países y contribuir a la paz y el desarrollo mundial», afirmó el vicepresidente chino.
Diálogo Económico
Además de su reunión con Vance, Han se encontró con representantes del Consejo Empresarial Estados Unidos-China y de la Cámara de Comercio estadounidense. Estos encuentros fueron calificados como una «señal positiva» para la comunidad internacional, reforzando la idea de un mayor entendimiento entre ambas economías.
Elon Musk, por su parte, reiteró su intención de profundizar la inversión de Tesla en China, una iniciativa que fue bien recibida por Han. Esta cooperación es vista como un paso hacia la consolidación de las relaciones comerciales entre las dos naciones.
La Nueva Etapa de Trump
Mientras tanto, Trump continúa preparando su regreso a la Casa Blanca con un mitin masivo previo a su investidura. Su equipo, compuesto por figuras que él mismo ha seleccionado, promete una administración más alineada con sus principios desde el primer día.
Este acercamiento entre altos funcionarios de ambos países, junto con los gestos de cooperación empresarial, marca un inicio diplomático prometedor en la nueva era de relaciones entre China y Estados Unidos.