Una obra detenida y un verano frustrado han agotado la paciencia de los vecinos y vecinas de la barriada de la JOP, en el puerto de Ceuta. Lo que debería haber sido una mejora para la infraestructura vecinal se ha convertido en una fuente de descontento y malestar.
Los residentes de la Barriada del Puerto JOP denuncian que llevan más de una semana con las obras completamente paralizadas, con todo el área vallada y material de construcción esparcido por doquier. Esta situación ha destrozado el llano, un espacio para el esparcimiento de personas mayores y niños. «Nos han arruinado el verano en la barriada», lamentan los vecinos, indignados por la falta de avances y de información sobre el futuro de las obras.
“Desde la semana pasada ya no vienen los obreros y han dejado todo tirado por el medio, las vallas rodeando el espacio con la incomodidad para algunas personas que están impedidas para poder pasar por la mitad de la plaza” han denunciado los vecinos y
comerciantes de la zona.
La barriada del Puerto más conocida por la “JOP”, ha estado ligada a la Autoridad Portuaria hasta hace pocos años.
Un vecindario donde de toda la vida conviven los trabajadores portuarios y cuyos emblemáticos “pisos amarillos” fueron construidos en la primera mitad del siglo pasado y sus viviendas ocupadas por los empleados de la Junta de Obras del Puerto, muy cerca de los talleres de la empresa portuaria.
A principios de los años 70, los pisos blancos aumentaron la población del barrio con la construcción 120 nuevas viviendas y más tarde los pisos conocidos por los de “Almenta” integraron una barrida de personas de clase trabajadora muy importante dentro de la comunidad vecinal de Ceuta.
Ahora tal y como se quejan los residentes, el llano del barrio, que solía ser un lugar de juego y encuentro para los más pequeños y de descanso para los mayores, ahora está inaccesible. «Han destrozado un llano e impedido a las personas mayores y niños de disfrutar un verano en su barrio», denuncian los residentes. La frustración es palpable entre los vecinos, quienes sienten que se ha gestionado mal el proyecto desde el principio.
Los vecinos no se explican cómo se puede empezar una obra de tal magnitud a principio de verano, sin la planificación adecuada y terminar dejándola a medias. «Porque hay que tener muy pocas luces para empezar algo, hacerlo malamente y que lo mejor sea dejarlo todo así», critican con dureza.
Las personas que viven en la zona se sienten abandonadas y exigen soluciones inmediatas ¿Hasta cuándo lo tendremos así?», se preguntan con desesperación. La barriada de la JOP espera que los responsables políticos tomen cartas en el asunto y se dé una solución lo antes posible. La paciencia de los vecinos está al límite, y su mensaje es claro: no pueden seguir soportando esta situación. Quieren retomar la normalidad y devolver a los niños y mayores su espacio de recreo y convivencia. Las obras, que inicialmente se presentaron como una mejora, se han convertido en un problema que necesita ser resuelto con urgencia.