Las violencias y la salud de las mujeres migrantes ha sido el eje de la mesa redonda ‘No sé por qué dan tanto miedo nuestras tetas’, que ha profundizado sobre las necesidad de que el periodismo hable de este tema desde el respeto y acabar con la prostitución del dolor ajeno
‘¿Por qué no hablamos de tetas?’ Es la pregunta lanzada para comenzar la segunda mesa redonda que ha tenido lugar durante la jornada de hoy en el Congreso de Mérida de Periodismo de Migraciones. Un espacio en el que cuatro mujeres nos han hecho reflexionar sobre los movimientos migratorios y el factor de riesgo añadido que supone el género, que además suele estar invisibilidazo.
“La migración tiene género y el genero somos todos, no solo las mujeres”, ha destacado Encarni Pindado (fotoperiodista), denunciando que en muchas ocasiones los hombres no informen con una perspectiva de género. Lara Bonilla (Diario Ara) destacaba que los temas relativos a la salud y la mujer “son temas, no temitas, y afectan a toda la población. La medicina con visión de genero es necesaria”. Ejemplo es el de la violencia obstétrica, que a raíz de los medios y la redes donde se ha ido denunciando (desde abajo) los hospitales van reconociendo realidades y tomando medidas contra ella.
Noor Ammar Lamarty (Freelance 5W, Público, El País) que trabaja con mujeres migrantes en contextos musulmanes, “las mujeres se van porque tienen miedo y sufren tanta violencia que no les queda otra opción que coger una maleta. Nacer mujer cambia sustancialmente el ritmo de tu vida”.
Las periodistas han trasladado casos de mujeres que han conocido, historias que han contado y que demuestran cómo se ejercen violencias concretas hacia mujeres y niñas. “Hay que hablar tambien de pobreza y miseria, porque salir de la pobreza y la precarización como migrante es una de las mayores adversidades”, ha destacado Ammar.
“Hay que acabar con que las mujeres prostituyen su dolor para que tu escribas una página y media. No sufrimos para contarlo, sufrimos porque no nos queda otra. Ese es el punto clave desde que el periodismo de España tiene que perder su ego y ser honesto con el trabajo que estamos haciendo”, ha dicho entre aplausos.
Bonilla ha querido hacer “autocrítica” reconociendo que se informa muchas veces desde la óptica de “mujer blanca occidental” para lo que cree que debe haber más diversidad entre los periodistas, que trabajen también personas migrantes que conocen las realidades en primera persona.