Aunque los mataderos portátiles suponen una comodidad frente a la laboriosidad y a las tareas de limpieza, el sacrificio del animal en familia no está en peligro de extinción
Himo nos abre las puertas de su casa en Benzú y nos presenta a su familia en el día de la Pascua del Sacrificio, la fecha más importante para la comunidad musulmana. Tras dos años de parón a causa de la pandemia, ha llegado un momento muy esperado para gran parte de la sociedad ceutí.
Tras el rezo colectivo y el sermón del imam en la explanada de Loma Margarita, llegaba el momento de sacrificar al cordero. Y aunque cada vez son más las personas que se adaptan a la comodidad de los mataderos portátiles debido a que las matanzas en la casa son muy laboriosas y supone una gran limpieza posterior, el sacrificio animal en familia no está en peligro de extinción.
Del mismo modo, el sacrificio en las casas tiene que respetar tanto el espacio requerido para llevarlo a cabo como la normativa sanitaria a nivel nacional y europea y acomodarse al rito musulmán. Hombres, mujeres, niños y niñas, de todas las edades, asisten al sacrificio de uno de los dos corderos que han adquirido, mientras se aseguran que el segundo no vea cómo le dan muerte al primero. Y aunque la carne no podrá ser consumida hasta mañana que esté tierna, hay partes del animal que se aprovecha desde hoy como las vísceras, dando comienzo a la festividad de la Pascua del Sacrificio.