Los hosteleros ceutíes se enfrentan a la incertidumbre de la apertura de sus negocios en la Fase 1. Consideran que las medidas impuestas no les revertirá beneficios y, por tanto, a día de hoy, se niegan a abrir
Las medidas anunciadas para la apertura de los establecimientos hosteleros en la Fase 1, que dará comienzo a partir del próximo lunes día 11, no han convencido a los empresarios del sector que ya han anunciado que no abrirán esa semana al considerar que los requisitos exigidos no revertirá en beneficios, sino más bien en todo lo contrario, en un aumento de los gastos que ya acumulan desde que se vieron obligados al cierre hace ya 54 días.
El hecho de que únicamente se permita la apertura de las terrazas y no de los locales y que el incremento de aforo de un 30% a un 50% no lo consideren suficiente para afrontar los gastos de una apertura, son dos de los condicionantes que ha llevado a esta decisión.
Uno de los hosteleros afectados por esta crisis es Quino López que, junto a su socio Gusti Lipovez, ostenta dos de los locales de copas más conocidos de la ciudad, ‘El Café Bar Miró’ y ‘Terrazas El Cielo’, además de una cafetería en pleno centro de la ciudad, ‘El puente’. Tiene claro que no abrirá sus establecimientos esta próxima semana argumentando que «tenemos nuestras libertades coartadas por lo que hay poca gente en la calle. Abrir un negocio en estas condiciones en los que ni siquiera se va a llenar al 50% permitido es añadir gastos extras a los que ya estamos teniendo desde que se inició el estado de alarma».
López también lamenta las «pocas ayudas» que tienen por parte de la administración local y los requisitos que les exigen a los hosteleros con terraza. «Tenemos que entregar un plano de la terraza, la acotación, los metros a ocupar y eso lo tiene que hacer un arquitecto. Cuando se entregue este documento y los técnicos lo valores nos metemos en el 25 de mayo. No nos merece la pena hacer este gasto, es preferible estar cerrado estas dos semanas«, asegura el empresario.
Para este empresario con experiencia en el sector, el éxito de la apertura va a depender de que «se tenga una clientela fidelizada, porque ahora no hay movimiento de personas». Sin embargo, desaprueba la idea de abrir solo las terrazas «porque también va a depender de que haga buen tiempo en fin de semana, ya que la gente en Ceuta no sale a cenar entre semana y menos ahora con el estado de alarma».
Ante esta situación de crisis, los hosteleros ceutíes han decidido adaptarse a las nuevas necesidades de la población. Así, algunos bares y restaurantes han decidido afrontar este periodo ofreciendo comida a domicilio, a fin de sufragar parte de sus gastos e intentar mantener el negocio a flote. En el caso de estos dos empresarios ceutíes, también han decidido apostar por nuevas ofertas al público, conscientes de que aún pueden transcurrir muchos meses antes de que los locales vuelvan a presentar la imagen que tenían antes de esta pandemia. «No vamos a abrir como local de copas porque hay que evitar la masificación de antes. Ahora optaremos por hacer eventos para un máximo de 50 personas y hacerlo en cada uno de los salones que tenemos que son independientes entre sí», asegura López. Además de esto, ‘Terrazas El Cielo’ abrirá sus puertas como un «chiringuito de verano» en el que se ofrecen una alternativa nueva al bar de copas que era tradicionalmente. «La idea es abrir a las ocho de la tarde y ofrecer una carta de tapas y snack veraniegos. El restaurante también cambiará su carta, adaptándose al verano. Se trata de buscar alicientes porque ahora la situación es diferente».
No abrir hasta que aumente el aforo
Jorge Morales, es el propietario del restaurante ‘La Vida Mártir’. En diciembre de 2019 se cumplió un año desde que, junto a su esposa, decidió embarcarse en el mundo de la hostelería. Apenas dos meses después, la pandemia golpeaba duramente su negocio, justo en el momento en que comenzaban a hacerse visible los beneficios de un año de esfuerzo. Unos beneficios que se han esfumado haciendo frente a los gastos que este emprendedor ha tenido que seguir cubriendo. «Seguimos pagando 4.300 euros al mes de gastos y solo recibimos una ayuda de 700. Además, hay un pago que también tenemos que afrontar y que muchos desconocen: el derecho de lucro del alquiler del local que, en mi caso, son 300 euros más a pagar».
Asegura que con la medida de permitir un aforo del 50% en la terraza «no salen las cuentas» y que, ni siquiera permitiendo abrir el local sería viable. Por ello, Morales tiene claro que «no abriré hasta que se permita el 100% y no haya contagios».
Muestra su incertidumbre ante las ayudas de la Ciudad por la cual cada empresario percibiría 1.400 euros. «Pero ya están diciendo que no llega para todos», se lamenta.
Además, la apertura del local implicaría una inversión añadida para habilitar ciertos elementos de seguridad para clientes y trabajadores. «Tendríamos que colocar mamparas y eso va a ser como en el momento en que se obligó a los bares a acondicionar los negocios para zonas de fumadores y no fumadores y a los pocos meses se prohibió fumar en todo el establecimiento. Pues aquí va a ser lo mismo, un desembolso de dinero que después no va a servir para nada», asevera Morales.
Así las cosas, ante estos hosteleros se abre un periodo de incertidumbre ante lo que ocurrirá con sus negocios, algunos de ellos al límite ya de su existencia.