El Centro Nacional de Huracanes (NHC) de Estados Unidos ha informado que Oscar, la decimoquinta tormenta tropical de la actual temporada ciclónica en el Atlántico, se ha intensificado hasta convertirse en un huracán de categoría 1. Este fenómeno amenaza con impactar las Islas Turcas y Caicos y el sureste de Bahamas, donde ya se han emitido alertas de huracán.
Además, se ha emitido un aviso de huracán para las provincias cubanas de Guantánamo, Holguín y Las Tunas. Cuba, que enfrenta una crisis energética, podría experimentar interrupciones adicionales debido a las condiciones climáticas adversas.
Oscar se desplaza hacia el oeste a una velocidad de 19 kilómetros por hora, con vientos máximos sostenidos de 130 kilómetros por hora. Aunque no se espera que llegue a Estados Unidos, el Servicio Meteorológico Nacional de Melbourne, Florida, ha advertido sobre un posible fuerte oleaje en las playas de la costa este del país.
Por otro lado, la tormenta tropical Nadine ha llegado a Belice con vientos de 80 kilómetros por hora. La Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA) había pronosticado entre 17 y 25 tormentas para esta temporada, una cifra superior a la media histórica.
El cambio climático ha sido un factor determinante en la intensidad y frecuencia de estos fenómenos. Un ejemplo reciente es el huracán Milton, cuya fuerza fue potenciada por el calentamiento global, según expertos.
La temporada de huracanes en el Atlántico, que comenzó el 1 de junio y finalizará el 30 de noviembre, ha sido especialmente activa. Los eventos recientes subrayan la necesidad de prepararse adecuadamente para enfrentar estos desastres naturales.
En Estados Unidos, el impacto de los huracanes ha sido devastador. El huracán Helene, por ejemplo, ha causado más de 100 muertes, según declaraciones del presidente Biden. Estos eventos resaltan la importancia de las medidas de prevención y respuesta ante emergencias.